Camioneros, taxistas, chóferes de VTCs, pero también conductores de ambulancias: los conductores profesionales tienen una tasa de alcohol mínima más exigente que el resto.
Y especialmente flagrante es el positivo que ha dado recientemente el conductor de una ambulancia: estando de servicio y llevando a cuatro personas dentro superó más de cuatro veces la tasa permitida. Una cantidad tan elevada no se castiga con una simple multa de la DGT: será juzgado por un presunto delito contra el tráfico.
Hasta cuatro años sin carnet y posible cárcel
El conductor en cuestión fue cazado la semana pasada por la Guardia Civil en la N-432, en las inmediaciones de El Vacar en la provincia de Córdoba. Es una carretera convencional, que son las que registran más accidentes mortales. Sobre todo las que tienen un carril para cada sentido, como era el caso.
Su estado al volante era tal que le dieron el alto porque la ambulancia iba zigzagueando y hasta llegó a invadir parte del carril contrario, según publica ABC. Todo ello con los luminosos encendidos, pues trasladaba a dos enfermos y sus respectivos acompañantes.
Los agentes le dieron el alto y le sometieron al test de alcoholemia: dio una tasa de 0,68 mg/l de aire espirado. La tasa máxima de los profesionales es de 0,15 mg/l, así que la cuadruplicaba.
Aunque las tasas de alcohol mínimas para profesionales y el general de conductores son diferentes, siempre que se supere en 0,60 mg/l es delito. Así que además de inmovilizar la ambulancia fue detenido. Según recoge El Día de Córdoba se tendrá que presentar en el Juzgado de Instrucción de Guardia de Córdoba.
Con estos hechos en la mano es más que probable que sea declarado culpable, más si cabe si tenemos en cuenta que trasladaba a cuatro ocupantes y que puso sus vidas en riesgo.
Así, podría enfrentarse a penas de cárcel de tres a seis meses, o bien multa de seis a 12 meses o bien trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 día: estas son las penas que se aplica en el caso de este delito según el Artículo 379.2. del Código Penal.
Además, incurrir en este delito de seguridad vial se castiga con la retirada del carnet entre más de un año y hasta cuatro. Esta pena es la que siempre se aplica en estos casos, así que estará sin conducir durante una larga temporada por su irresponsabilidad al volante.
No es el primer caso de conductor profesional que pone en peligro a pasajeros: sirve como ejemplo este conductor de un autobús de línea que fue denunciado por los propios usuarios por recorrer más de 30 km haciendo llamadas y videollamadas con su móvil.