La madrileña M-40 es una complicada autovía de circunvalación con muchas entradas y salidas, y no pocos coches circulando. Pero estos dos irresponsables decidieron que era buen escenario para protagonizar un temerario duelo al volante.
El resultado, el más probable: acabaron chocando. Afortunadamente sin implicar a otros vehículos. Dado que el vídeo se ha hecho viral con más de 8,5 millones de reproducciones, no extrañaría que la DGT acabe identificándoles. De ser así, el castigo no va a ser pequeño.
Antes chocarnos que dejarte pasar
Uno a los mandos de un Hyundai i30 y el otro al volante de una pequeña furgoneta. En los más de 2:00 minutos que dura el vídeo publicado por Social Drive, y que comienza poco antes de la salida de Avenida del Mediterráneo, la película es siempre la misma: la furgoneta intenta adelantar al compacto coreano y éste le cierra el paso. Una y otra vez.
¿La furgoneta se cambia al carril central? Pues el Hyundai le tapa. ¿Que vuelve al izquierdo? Pues quita, que primero voy yo. ¿Y si se va hasta el derecho? Pues lo mismo. Todo esto con frenazos y esquivas varias entre ambos, con la distancia de seguridad brillando por su ausencia. Ah, y yendo a 90 o 100 km/h, sino más.
Encima para animar la batalla se suma otro invitado. Un Toyota Prius que, en vez de alejarse lo máximo posible, se cambia al carril izquierdo y se queda allí enquistado de espectador en primera línea mientras los otros dos siguen a lo suyo. También tuvo que esquivar en un momento dado al i30 y frenar para no chocar contra la furgoneta.
Varios centenares de metros después, el conductor de la furgoneta pierde por completo los papeles ante el constante acoso del otro, y cruzándose tres carriles intenta empujar al Hyundai y pasarle definitivamente. Pero lejos de frenar, el del coche coreano acaba impactando contra su trasera lateral.
La furgoneta hace un par de trompos, el Prius que allí seguía no se lo come de milagro, y termina completamente cruzado en plena M-40. También el propio i30, que acaba perdiendo el control. Afortunadamente el tráfico no era excesivo, pero podrían haber provocado un accidente en cadena. Sea como fuere, la única buena lectura de este incidente es que no hubo que lamentar heridos o algo peor.
Sin carnet y posible cárcel. Este vergonzoso capítulo es un buen ejemplo de conducción temeraria. Este amplio concepto, que puede aplicarse a muchas conductas al volante, siempre tiene un denominador común: generar evidente y manifiesto peligro para el conductor y el resto de usuarios.
En la normativa de tráfico está considerado como infracción muy grave, se multa con 500 euros y la resta de seis puntos del carnet. Pero también está entre las infracciones consideradas delitos de tráfico. Y como nos explicó en su momento la Guardia Civil, los casos de conducción temeraria apenas suelen tratarse como sanciones administrativas.
Cuando hablamos de un delito de tráfico el castigo es mucho mayor: penas de prisión de seis meses a dos años y la retirada del carnet de conducir entre más de un año y hasta cuatro. Y si además le sumamos el agravante "con manifiesto desprecio por la vida del resto" se añade multa y más años de suspensión del carnet: entre seis y hasta 10 años.