Ni conductores humanos, ni peatones. El último enemigo de los taxis autónomos no se lo esperaba nadie: los postes de teléfono

Los robotaxis sin conductor no han dejado de protagonizar incidentes desde que comenzaran a circular por la calles. El último ha sido a finales de mayo protagonizado por uno de los Jaguar I-Pace de Waymo: chocó contra un poste de teléfono que no fue capaz de detectar.

La firma subsidiaria de Google ha movido ficha rápidamente: acaba de anunciar un retiro voluntario para toda la flota de sus taxis autónomos y subsanar este defecto. Era el movimiento lógico: está siendo investigada por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) después de que uno de estos robotaxis circulara en dirección contraria.

El enésimo incidente de un robotaxi, aunque esta vez no fue un atropello

En total 672 taxis de Waymo se han retirado de las calles, que integran la totalidad de la flota y que operan en San Francisco y Phoenix. Pese a ser una actualización de software, no se efectuará de forma inalámbrica: cada taxi autónomo pasará por el depósito central.

La actualización corregirá el error que "asignó una puntuación de daño baja" al poste telefónico, según publica The Verge que ha tenido acceso al comunicado de la firma. Además actualiza el mapa para tener en cuenta este obstáculo en dicho callejón de Phoenix (Arizona).

"Nos pusimos manos a la obra inmediatamente y determinamos que, en determinadas situaciones, nuestros vehículos tenían una capacidad insuficiente para evitar colisiones con objetos estrechos y permanentes dentro de la superficie transitable. Desde entonces, hemos implementado actualizaciones de mapas y software", ha señalado Katherine Barna, portavoz de Waymo, a TechCrunch.

El incidente tuvo lugar el 21 de mayo: uno de los Jaguar I-Pace autónomos que opera en esta ciudad acudía vacío a prestar un servicio contratado por una usuaria. Poco antes de llegar al destino, entró por un callejón que tenía postes telefónicos de madera a pie de la carretera, justo en el borde con la acera y acabó chocando con uno de ellos. Todo pese a que la vía tenía demarcada franjas viales para determinar el camino, dejando fuera estos postes.

Lo hizo a una velocidad de 13 km/h, pues estaba reduciendo la velocidad al acercarse al punto de recogida. "Nunca llegó a recogernos", comenta la usuaria que solicitó el trayecto al medio local 12 News.

En lo que va de año, es el segundo retiro voluntario que efectúa Waymo: en febrero 444 de estos robotaxis pasaron por las dependencias de la compañía tras otros dos incidentes: en diciembre uno chocó contra una furgoneta y en febrero otro atropelló a un ciclista, que se cruzó en una zona de baja visibilidad. El I-Pace frenó, pero no lo hizo a tiempo. El ciclista sufrió heridas leves.

Un posible veto como a los taxis de Cruise. En total Waymo está siendo investigada por la NHTSA y registra un total de 22 incidentes, de los que 17 fueron choques con otros vehículos o contra mobiliario urbano y vial. Que uno de estos vehículos circulara en dirección contraria por una calle de San Francisco, la otra ciudad donde prestan servicio, fue el detonante de esta investigación que podría saldarse con la prohibición de operar en vía pública como ocurrió con los robotaxis de Cruise.

Los robotaxi en general están bajo lupa de las autoridades estadounidenses. No detectar un obstáculo circulando vacío sólo afectó al coche en sí, que sufrió algunas abolladuras por el impacto. Lo grave es que se lleven por delante peatones o usuarios vulnerables.

Uno de los casos más flagrantes lo firmó un taxi de Cruise, que el pasado noviembre atropelló a una mujer que ya había sido previamente arrollada por otro automóvil que se dio a la fuga. Estando en el suelo el robotaxi la arrastró un total de 6 metros al no detectarla. Ingresó en el hospital en estado crítico y se acordó una indemnización de 12 millones de dólares.

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