La estrategia que se plantea es tener dos marcas más, aparte de Renault y Dacia, dejemos a Nissan, Infiniti y Datsun al margen. Una de esas marcas sería Alpine, un nombre ligado a modelos deportivos y que tendría esa orientación. El prototipo Alpine A110-50 Concept es una buena declaración de intenciones.
Por otro lado, estaría otra marca de lujo, cuyo nombre podría ser Initiale Paris, que tiene futuro si saben colocar sus coches en los jeques árabes, los nuevos millonarios del BRIC, etc. Ahora mismo Renault depende demasiado del negocio en Europa, que está estancado, y la solución es mirar más allá.
La apuesta es arriesgada, pero teniendo como timonel de la alianza a Carlos Ghosn, tendremos que pensar que el resultado será muy bueno. ¿Qué pensará Daimler —actual socio de Renault— sobre esto?
Vía | El Economista