Con medio mundo vigilando la inminente caída del gigante inmobiliario chino Evergrande, parece que el ambicioso proyecto en torno al coche eléctrico no va a llegar a buen puerto. En un comunicado de prensa, la empresa ha anunciado una "severa escasez de fondos" en su filial Evergrande New Energy Vehicle.
A raíz de la situación se ha "suspendido el pago de algunos de sus gastos operativos" y algunos proveedores han suspendido el suministro de proyectos. Después del anuncio, las acciones de la compañía han caído en picado en la Bolsa de Hong Kong.
Sin liquidez, el proyecto de coche eléctrico está en fase terminal
"En vista de las dificultades, desafíos e incertidumbres para mejorar su liquidez como se mencionó anteriormente, no hay garantía de que el Grupo pueda cumplir con sus obligaciones financieras bajo los contratos relevantes", ha revelado Evergrande.
Con nueve prototipos bajo la marca Hengchi que presentó en julio de 2020, el prometedor plan de la promotora sigue estancado, sin inversores ni alianzas estratégicas, lo que vaticina un horizonte muy negro:
"Si dicha potencial introducción de inversiones estratégicas y / o la potencial venta de activos no puede materializarse en un corto período de tiempo, el Grupo carecerá de una mayor inyección de capital, lo que se espera que afecte las operaciones diarias del Grupo, empeorará su capacidad para pagar el salario de los empleados y / u otros gastos e impedirá el progreso de la investigación y el desarrollo y producción en masa de vehículos de nueva energía".
Tras en anuncio, las acciones de la unidad de coches eléctricos llegaron a caer un 26 % en la Bolsa de Hong Kong.
Desde la filial aseguran que están tratando de recaudar fondos y vender activos, pero la aplastante deuda que arrastra la compañía de bienes raíces -de unos 300.000 millones de dólares- no lo va a poner fácil.
El gigante inmobiliario maneja 1.300 desarrollos en 280 ciudades del país, según datos de la BBC; esto supone que miles de familias y empleados están vilo, además de acreedores, ante la posibilidad de perder los ahorros que invirtieron en la compra de estas viviendas.
Y esto teniendo en cuenta la burbuja inmobiliaria y de start-up de coches eléctricos que hay en China.
Ante el miedo a un efecto dominó, toca esperar para ver si el Gobierno del país comunista inicia un rescate o implementa una fórmula que minimice el desastre.
Foto | JustAnotherCarDesigner