"Estamos ante una amenaza existencial": El CEO de Ford vuelve asustado de China tras ver cómo de avanzados son sus coches eléctricos. Ahora quiere igualarlos.

"Estamos ante una amenaza existencial": El CEO de Ford vuelve asustado de China tras ver cómo de avanzados son sus coches eléctricos. Ahora quiere igualarlos.
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El presidente y CEO de Ford Motor, Jim Farley, regresó de su último viaje a China el pasado mes de mayo con una preocupación palpable por el futuro de la industria automotriz. Lo que vio en el país asiático le dejó impresionado, hasta el punto de considerar a los fabricantes chinos de coches eléctricos como una "amenaza existencial" para los gigantes de Occidente.

Esta última visita de Farley a China, un mercado donde los vehículos eléctricos representan ya el 40 % de las ventas, le ha obligado a replantearse la estrategia de Ford, que hasta ahora mantenía una postura moderada ante la electrificación, como otros fabricantes tradicionales.

Ante la alta competitividad asiática, con marcas ofreciendo coches con grandes prestaciones a precios sorprendentemente bajos, que por el momento la mayoría de fabricantes occidentales no pueden igualar, el CEO de Ford lo tiene claro: “Ejecutar el nivel de los estándares chinos será la prioridad más importante”. Para él, “están muy por delante”.

Tesla ha dejado de ser la principal amenaza para los fabricantes de coches tradicionales

El CEO es un profesional implicado, siempre pendiente de los números y los cambios en el sector. En su viaje a China Jim Farley pudo conocer de primera mano cómo ha avanzado la industria automotriz local, un sector que ha crecido a pasos agigantados en pocos años, recuperando la cuota de mercado que sus rivales extranjeros les habían robado años antes.

Marcas como BYD, Changan y Xiaomi ahora son líderes gracias a una combinación estratégica de precios más bajos, interiores de lujo muy tecnológicos y rápidas actualizaciones de los vehículos.

Estos fabricantes chinos no sólo están fabricando coches eléctricos Premium con precios que son incomparables con los de los fabricantes occidentales, sino que ya están expandiéndose rápidamente por Europa, Oriente Medio y otros mercados. Mientras, el mercado de eléctricos se ralentiza en EEUU.

Durante años, Tesla fue el principal dolor de cabeza para los CEOs de automóviles que intentaban abordar la transición hacia los vehículos eléctricos. Pero ahora eso ha cambiado. El rápido ascenso de los ágiles fabricantes de automóviles en China está sacudiendo a ejecutivos desde Detroit hasta Alemania, pasando por Japón.

Incluso el propio CEO de Tesla, el siempre polémico Elon Musk recientemente reconoció que los fabricantes chinos de automóviles “son los más competitivos” del mundo.

Un claro ejemplo es el Xiaomi SU7: un SUV eléctrico que en su versión de acceso tiene 295 CV y una batería de 73,6 kWh para una autonomía de hasta 700 km, que cuesta entre 27.000 y 36.000 euros al cambio y que ofrece sistemas como la conexión con la vivienda para encender la climatización o las luces a la llegada del propietario.

Este tipo de vehículos no sólo superan en tecnología a modelos como el Ford Mustang Mach-E o el Tesla Model 3, sino también a modelos más lujosos como el Porsche Taycan, bastante más caro y con menos funcionalidades.

Xiaomi

Pero Farley no sólo quedó impresionado por los avances tecnológicos, sino también por la capacidad que tienen los fabricantes chinos para reducir costes sin sacrificar calidad. En su visita el CEO de Ford probó un SUV eléctrico de Changan, un antiguo socio de Ford. Tras la prueba, la conclusión fue clara: “Estos tipos nos llevan ventaja”, dijo Farley a John Lawler.

“Esta es una amenaza existencial”, aseguraba Farley a su colega de la junta directiva de Ford, señalando que los fabricantes chinos están utilizando tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial para ofrecer un producto muy superior al que la industria estadounidense puede fabricar en la actualidad.

Cambio estratégico en Ford con sus coches eléctricos

Ev Ford

Tras su experiencia en China, Farley decidió enviar vehículos eléctricos chinos a la sede de Ford en Dearborn para que los ingenieros de la compañía los desmantelaran y analizaran cómo los competidores asiáticos habían logrado esos resultados. Este análisis interno fue parte de una estrategia de emergencia para que Ford pudiera ponerse al día en la carrera por la electrificación.

El cambio de enfoque es inevitable: ahora Ford está replanteando sus futuros modelos eléctricos, priorizando vehículos más pequeños y asequibles que puedan competir con los precios bajos de los fabricantes chinos.

De hecho, Farley ha anunciado recientemente la cancelación de futuros SUV eléctricos de gran tamaño debido al elevado coste de las baterías y la imposibilidad de competir en precio. La compañía trabaja en una nueva plataforma de bajo coste para lanzar vehículos eléctricos competitivos, como una pick-up mediana para 2027.

Doug Field, un exejecutivo de Tesla y ahora director de la transformación tecnológica de Ford, explicó que Farley está presionando al equipo para que actúen rápidamente y se adapten a las condiciones actuales. “Él puede hacernos sentir incómodos, o podemos esperar, y los chinos nos harán sentir incómodos”, comentó Field, subrayando la urgencia de la situación.

El futuro de la industria automotriz global, con China a la cabeza

Ford

Lo que Jim Farley ha experimentado en su último viaje a China es solo un reflejo de cómo el gigante asiático se ha convertido en un líder indiscutible en la industria del coche eléctrico en los últimos años.

Los fabricantes chinos no sólo están dominando su mercado local, sino que también están expandiéndose rápidamente a mercados internacionales, como Europa y América Latina, donde ofrecen vehículos eléctricos asequibles con alta tecnología.

El caso de México es un claro ejemplo: Las marcas chinas ya representan el 20 % de las ventas de vehículos eléctricos en el país, y debido al tratado de libre comercio NAFTA, estos vehículos evitan los elevados aranceles que se imponen a los coches importados directamente desde China. Esta expansión internacional no solo presiona a fabricantes como Ford, sino que también está cambiando la dinámica global del mercado automotriz.

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Los fabricantes tradicionales de Occidente, que hasta ahora se enfocaban en la transición gradual a los vehículos eléctricos, se enfrentan a un panorama radicalmente distinto. Ahora, hay una constelación de marcas chinas que están años por delante en tecnología, diseño y costos de producción, lo que coloca a los gigantes automotrices en una situación delicada.

Así, puede decirse que la industria global del automóvil está en un punto de inflexión, y China se posiciona como el líder en la carrera hacia la electrificación. Ford y otras compañías tradicionales deberán adaptarse rápidamente o arriesgarse a perder una parte significativa del mercado, mientras los fabricantes chinos continúan avanzando con una velocidad y eficiencia imbatibles.

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