Las presiones externas que gobiernos e inversores ejercen en los fabricantes para convertirse definitivamente al coche eléctrico pone potencialmente en riesgo el empleo y la calidad de los coches, aseguró Carlos Tavares, el CEO del grupo Stellantis, en un coloquio organizado por Reuters.
A estas alturas la casi totalidad de fabricantes presentes en el continente europeo han asegurado que para 2035, como máximo, sólo venderán coches eléctricos. Si la propuesta de prohibir de facto los coches con motor de combustión interna es aprobada, tampoco tendrán otra opción. Y es justamente contra esa obligación que arremete Carlos Tavares, el CEO del grupo Stellantis.
Los gobiernos y los inversores quieren que los fabricantes de automóviles aceleren la transición a los vehículos eléctricos, pero los costes están "más allá de los límites" de lo que la industria automovilística puede soportar, dijo Tavares.
Para el máximo ejecutivo de Stellantis, “lo que se ha decidido es imponer a la industria del automóvil una electrificación que conlleva un 50% de costes adicionales frente a un vehículo convencional". El problema es que “no hay forma de transferir el 50% de los costes adicionales al consumidor final porque la mayor parte de la clase media no podrá pagar". Algo, que ya advirtió esta primavera.
Los fabricantes de automóviles podrían poner precios más altos, por supuesto, pero a cambio venderían menos coches. También pueden aceptar márgenes de beneficio más bajos, dijo Tavares, pero ambos caminos conducirían a “dificultades sociales”. Es decir, podrían perderse miles de puestos de trabajo.
“Lo que se ha decidido es imponer a la industria del automóvil una electrificación que conlleva un 50% de costes adicionales frente a un vehículo convencional"
Por otra parte, los fabricantes querrían tener más tiempo para probar las tecnologías o la calidad también se verá perjudicada, asegura Tavares. La electrificación acelerada "sólo va a ser contraproducente. Provocará problemas de calidad. Llevará a todo tipo de problemas".
Todavía es pronto para hablar de la calidad a largo plazo de la mayoría de coches eléctricos del mercado, pero sí que hemos visto una reducción de la calidad percibida y de los materiales utilizados en algunas marcas.
Los fabricantes van a tener que efectuar un brutal aumento de su productividad
Según Carlos Tavares, Stellantis pretende evitar los recortes aumentando la productividad más allá de lo habitual en esta industria, que suele ser de entre 2% y 3%, hasta el 10%. En principio, de esta forma, Stellantis bajará los costes y podrá afrontar el plan de electrificación acelerada, o al menos minimizar sus efectos negativos.
Tavares no es el único CEO de la industria en explicar que deben mejorar la productividad. No hace mucho, Herbert Diess, el CEO de Volkswagen, explicó que debían ser más como Tesla, que puede fabricar un coche en 10 horas frente a las 30 o 20 horas de Volkswagen, para evitar nefastas consecuencias para el empleo.
Todos los expertos coinciden en que la paridad de costes entre un eléctrico y un gasolina se alcance en un futuro no muy lejano, pero la fase de transición será, sin duda, muy difícil para los fabricantes que deberán seguir ganando dinero con los coches de combustión interna -los cuales serán cada vez más caros si se venden menos- y vender cada año más y más coches eléctricos. Pero no todo se resume al precio de compra del coche o de la cuota mensual del renting, leasing o sucripción.
Así, si bien Stellantis anunció este verano una inversión de 30.000 millones de euros en electrificación hasta 2025 (nuevas plataformas y modelos, plantas de baterías y nuevas tecnologías), Carlos Tavares añade también que "los gobiernos deberían orientar la política climática hacia el saneamiento del sector energético y el desarrollo de infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos".
Y es que la necesidad de disponer de un punto de carga para coche eléctrico en casa, ya sea en garaje o parking, hace que la transición hacia el coche eléctrico en Europa sea más complicada que en otras regiones. Recordemos que en Europa, la gran mayoría de coches en las grandes ciudades, donde se concentra la mayor parte del parque móvil, duermen en la calle. De ahí la importancia de desarrollar infraestrecturas de recarga.
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