El Ayuntamiento de Madrid quiere restringir en 2018 la circulación de vehículos por el distrito Centro. La intención del Consistorio es crear una nueva Área de Prioridad Residencial (APR) para esa zona, antes de crear una APR global, una "Zona de Bajas Emisiones", en palabras del delegado municipal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, según ha declarado a Europa Press.
No es una noticia que nos pueda pillar desprevenidos, ya que el cerco al vehículo privado en el centro de Madrid, salvo para los residentes, está siendo una constante en los planes de movilidad de la capital de España.
"Proyecto de futuro" para Madrid, con reproches al pasado en cuanto a la APR de Ópera
Calvo explica que limitar el acceso al Centro de Madrid es el "proyecto de futuro" para la ciudad más poblada de nuestro país. Las zonas concretas que podrían quedar afectadas al tráfico todavía están "en discusión", según ha puntualizado Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid.
Además, los portavoces municipales han explicado que esta medida se está estudiando junto con los diferentes actores implicados, entre ellos empresarios y vecinos. También han dejado claro que los cambios seguirán un calendario que se pondrá en marcha de forma gradual y ordenada.
En este sentido, el delegado municipal de Desarrollo Urbano Sostenible ha hecho constar que la APR de Ópera, la última que diseñó el anterior equipo de gobierno, fue asumida por el actual consistorio porque creen en el modelo, aunque consideran que esa APR está "mal diseñada", lo que se ha traducido en "muchos problemas", según Calvo.
Para evitar males mayores, las áreas de Desarrollo Urbano Sostenible y Medio Ambiente y Movilidad quieren delimitar una gran área, la Zona de Bajas Emisiones, de forma que sea fácilmente reconocible por los conductores. De esa Zona quedaría exenta la Gran Vía, que podría consituir la frontera entre dos grandes áreas de protección del aire, a norte y sur del céntrico eje viario.
Los planes del gobierno municipal que lidera Manuela Carmena se dieron a conocer hace dos años, cuando se comunicaron las ampliaciones de las APR en buena parte del Centro de Madrid. Ya entonces se explicó que para 2020 toda la almendra central, las 5.000 hectáreas de calles y edificios que enmarca la M-30, debería ser zona de exclusión al tráfico para los no residentes.
El objetivo de esta ambiciosa medida es mejorar la calidad del aire, una problemática que ha motivado varios episodios de restricciones de tráfico en los últimos años, además de reducir la congestión en el centro de la ciudad. La contrapartida a estas ventajas viene dada por la dificultad de cambiar hábitos en una gran urbe que depende en gran medida del transporte privado, sobre todo para conectar con las ciudades de la vasta conurbación madrileña. De cómo se lleve a cabo la transición dependerán los resultados.
Vía | El Mundo
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