Muchos fabricantes, por no decir casi todos, están planeando la fabricación de coches eléctricos. El que no tendrá al menos uno en su catálogo es porque tendrá una gama completa. Sin embargo, esto podría llevar a una penuria de baterías de iones de litio, según el director de I+D del grupo Volkswagen, Ulrich Eichhorn.
Según él, la industria necesitará añadir una capacidad de producción de baterías equivalente a 40 Gigafactorías de Tesla, explicó a Automotive News. Casi nada.
Necesitamos el equivalente a 40 gigafactorías Tesla
La predicción de Eichhorn se basa en la premisa de unos fabricantes que igualen el objetivo de Volkswagen de un 25 % de sus ventas mundiales realizadas con coches eléctricos. ¿Cifras? La primera estimación de Eichhorn apuntaba a una necesidad en baterías equivalente a 150 gWh para alcanzar el objetivo del grupo Volkswagen. Ahora, calcula que serán precisos 200 gWh.
Y es que si bien hasta ahora el mayor freno en el mercado del coche eléctrico ha sido su reducida autonomía, no es nada en comparación con los cambios que se necesitan en la industria. Las infraestructuras de recarga para los coches, aunque en fase de crecimiento, está todavía en pañales. Esa es la cara más visible de la problemática, pues ya la vemos como ciudadanos. Pero hay más.
La producción de baterías de iones de litio y quién las va a fabricar es otra problemática importante que solucionar. China tiene la mayor capacidad de producción de este tipo de baterías, aunque a nivel internacional dominen el mercado Samsung, LG y Panasonic. En este aspecto, Europa se ha quedado muy atrás.
Las baterías son la punta del iceberg del coche eléctrico
La producción de las baterías es un problema, pero para fabricar las baterías se precisa litio. Argentina, Chile y Bolivia agrupan el 60 % de las reservas de litio conocidas. Para Goldman & Sachs, el litio es “la nueva gasolina”. De hecho, ya se empiezan a ver las similitudes con el oro negro.
En China, la tonelada de litio para baterías costaba en 2016 20.000 dólares, sin embargo la industria del litio en los países latinoamericanos se limita a la extracción y producción del litio, gracias a la inversión extranjera principalmente, mientras que la producción de baterías -de mayor valor añadido- se centra en China, Japón y Estados Unidos. ¿Podría esto llegar a ser un problema geopolítico como la extracción del petróleo?
Y por último, pero no menos importante, está la propia producción de energía. En países como el Reino Unido, el consumo de energía es tal que el país estuvo en más de una ocasión al límite del colapso: con tan sólo un 4 % de reserva de producción en el invierno de 2014, el ente estatal británico que controla la red eléctrica, la National Grid, se planteó pagar a las grandes empresas para que dejasen de producir y así liberar energía para el público.
Y es que nuestra sociedad es cada vez más voraz en energía eléctrica. Actualmente el 8 % de la energía que consume un país como el Reino Unido -por seguir con este ejemplo- se debe a internet.
Expertos avisan de la necesidad de limitar el uso de internet o si su crecimiento exponencial se mantiene (cada vez más servicios conectados con cada vez más información), internet se comería toda la energía eléctrica del Reino Unido en 2035. ¿Y además, hay que generar energía para el público, las empresas y cargar los coches?
Si el coche eléctrico se convierte en el éxito que todos predicen, la autogeneración de electricidad, especialmente en las grandes industrias, pero también a nivel particular al estilo de los Tesla Powerwall, empezará a tener más sentido que nunca (aunque de momento cambiar el tejado de tu casa a Tesla Solar Roof sea un error financiero).