Uno de los aspectos que más preocupan en torno al auge global de los vehículos eléctricos es la durabilidad de uno de sus componentes esenciales: las baterías. Con el foco puesto en sus materias primas y el proceso de fabricación, la UE trabaja en un estándar que minimice su impacto y que, aunque va con retraso, podría entrar en vigor en 2027.
Ahora EEUU también avanza hacia las pautas que garanticen la fiabilidad y durabilidad de las baterías y está estudiando la posibilidad de exigir a los fabricantes de automóviles que garanticen un rendimiento mínimo de sus baterías, como parte de una nueva normativa de control de emisiones, muy similar a la Euro 7 europea.
Baterías con cinco años o 100.000 km de garantía como mínimo
En paralelo a los esfuerzos por desarrollar su propia industria de coches eléctricos y baterías, con el impulso de medidas proteccionistas como la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), EEUU avanza hacia una nueva normativa que unifique criterios en torno a la fabricación de baterías para coches híbridos y eléctricos y que asegure su fiabilidad.
Entre los ambiciosos objetivos del gobierno de Biden para hacer despegar al coche eléctrico, se pretende que al menos el 60 % de los vehículos nuevos vendidos en EEUU sean eléctricos en 2030, y hasta el 67 % en 2032. Para ello, y con unas cifras que a estas alturas del año no superan ni un 7,5 % de la cuota total, la EPA quiere darle un nuevo empujón a la industria.
Así, como parte de una propuesta más amplia que pasa por endurecer drásticamente los criterios de emisiones de los coches nuevos, EEUU quiere que todos los fabricantes de automóviles híbridos y eléctricos “equipen sus vehículos con baterías fiables, seguras y duraderas” que a su vez garanticen la máxima vida útil de los vehículos que las montan.
Concretamente, la EPA ha propuesto un requisito mínimo de rendimiento para las baterías de vehículos ligeros e híbridos enchufables: que conserven “al menos el 80 % de su energía utilizable original durante cinco años” o 62.000 millas (casi 100.000 km). Además, esto sería extensivo a un mínimo del 70 % a los ocho años o 100.000 millas (más de 160.000 km).
“Para garantizar la máxima seguridad y vida útil de estos componentes”, la EPA plantea que las baterías de los híbridos enchufables y los vehículos eléctricos además de tener que cumplir con estos criterios mínimos, deberán superar las pruebas que lo certifiquen.
Pruebas específicas que garanticen su vida útil
En principio, estas podrán ser similares en concepto a las pruebas multiciclo que se utilizan actualmente para evaluar la autonomía de los vehículos eléctricos (por ejemplo, el ciclo WLTP). Además, estas pruebas se podrían repetir varias veces durante la vida útil de los vehículos.
Además, los fabricantes también tendrían que instalar “dispositivos que monitoricen en tiempo real el estado real de la vida útil de las baterías en sus vehículos”.
De salir adelante, todos estos criterios se deberán incluir en la normativa federal de garantía de emisiones de los EEUU. En la actualidad esta sí incluye estándares para otros componentes como por ejemplo los convertidores catalíticos, que deben estar cubiertos por una garantía de ocho años u 80.000 millas (algo más de 128.000 km), pero no para las baterías.
En cuanto a las baterías de los vehículos eléctricos pesados, en principio no deberán estar sujetas a los mismos requisitos mínimos de rendimiento. No obstante, se exigirá a los fabricantes de este tipo de vehículos que dispongan de monitores de baterías "para que la EPA pueda recopilar los datos que le permitan modificar sus requisitos en el futuro".
La EPA también ha propuesto "invertir en la investigación y el desarrollo de tecnologías de baterías más avanzadas" y en la construcción de infraestructura de carga, casi calcando la propuesta europea también en este aspecto.
Hasta ahora, varios estados de EEUU ya habían puesto sobre la mesa sus propias propuestas para garantizar la durabilidad de las baterías, pero ninguna tan detallada. Por ejemplo, en California, ya se había contemplado establecer un límite de degradación de la batería del 80 % de capacidad tras 15 años o 150.000 millas (más de 240.000 km) de uso.
Mientras tanto, cada fabricante de vehículos eléctricos ofrece sus propias garantías: Tesla respalda sus baterías hasta 8 años (según modelo), mientras que Hyundai promete una garantía de 10 años o hasta 160.000 km de uso. GM también ofrece la misma garantía para el Hummer EV, mientras que Ford ya ofrece una cobertura de 8 años o 160.000 km de uso para los componentes híbridos y de batería de sus eléctricos.
Habrá que esperar para ver en qué queda esta propuesta y si sufre o no modificaciones en su puesta en marcha, pero a priori es una medida que podría traer consecuencias positivas.
Por una parte, la estandarización de las baterías de los coches eléctricos es muy importante para fomentar la adopción de esta tecnología y para garantizar la interoperabilidad, eficiencia, seguridad y sostenibilidad de estos vehículos.
Por otra, cuando se establecen estándares de calidad para las baterías, se pueden identificar y corregir problemas más fácilmente, lo que puede mejorar la fiabilidad de las baterías y reducir el riesgo de fallas prematuras.
Además, estableciendo requisitos mínimos de rendimiento para las baterías, se puede garantizar que estas sean capaces de soportar un cierto número de ciclos de carga y descarga. En el lado negativo de la balanza, de suponer un esfuerzo para los fabricantes, estas medidas podrían acabar afectando de alguna forma al precio final.