Turquía ha asegurado que acaba de encontrar una enorme reserva de tierras raras; un importante hallazgo que podría suponer el segundo mayor yacimiento del mundo, después del ubicado en China.
Según ha asegurado el Ministerio de Energía y Recursos Naturales de Turquía, han encontrado nada menos que 694 millones de toneladas métricas de tierras raras en la Anatolia Central.
Eso hace, sobre el papel, que la reserva de tierras raras de Turquía sea la segunda más grande del mundo detrás de China, que tiene 800 millones de toneladas según AA Energy.
turquia
El ministro de Energía, Fatih Dönmez, asegura que este mismo año se completará la construcción de la planta piloto, que procesará 1.200 toneladas de tierras raras al año. De los 17 elementos de tierras raras que existen (escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio), 10 se producirán en el sitio.
El siguiente paso apunta a objetivos más ambiciosos: "Con los resultados que obtengamos de aquí, daremos inicio a los preparativos de nuestra planta industrial, que producirá 570 .000 toneladas de minerales al año", ha dicho Dönmez en su cuenta de Twitter.
Pero como ocurre con todos los hallazgos anunciados a bombo y platillo, los expertos advierten que convertir los depósitos de tierras raras en éxito financiero es más fácil de decir que de hacer.
Lo primero que deberán aclarar las autoridades turcas es la calidad de ese yacimiento, pues si son de bajo grado significaría que las tierras raras están mezcladas con muchos otros metales, dificultando el proceso de producción.
A eso hay que añadir el impacto ecológico que supone la extracción de tierras raras, sobre todo en minas a cielo abierto, y el coste de este proceso.
El praseodimio y el neodimio son esenciales para fabricar los imanes permanentes usados en los motores de los coches eléctricos entre otros muchos dispositivos electrónicos, pero su suministro proviene de China.
El país asiático tiene el monopolio de su producción y es además el único país que cuenta con una cadena de suministro completa de tierras raras.
A pesar de que los fabricantes ya están buscando alternativas a las tierras raras para fabricar sus motores eléctricos, según un estudio en 2018 el 93 % de todos los motores de coches eléctricos puros, híbridos e híbridos enchufables utilizaron imanes permanentes, pues son en general más ligeros, fuertes y más eficientes que los motores de inducción basados en bobinas de cobre.
También la industria de defensa y la médica dependen en gran medida de estos minerales.