Tras una suspensión sin precedentes, la Bolsa de Metales de Londres ha anunciado la reanudación de la cotización del níquel en el mercado de futuros, un metal necesario para fabricar las celdas de las baterías de iones de litio o los imanes permanentes de los motores eléctricos, así como acero inoxidable.
Para evitar otro episodio como el del pasado 8 de marzo y que el precio se dispare, se han aplicado límites de negociación.
En estos momentos los futuros del níquel están por debajo de los 50.000 dólares; el doble que hace un mes. Pero si nos vamos a 2020, el precio era de 16.000 dólares.
El mercado del níquel se suspendió el 8 de marzo después de que la china Tsingshan Holding Group comprara grandes cantidades de níquel para revertir las apuestas a precios más bajos, lo que impulsó al metal a subir más del 50 % hasta llegar a los 100.000 dólares por tonelada.
Los temores al desabastecimiento y la interrupción del suministro procedente de Rusia, que es el tercer proveedor de este mineral con el 10 % de la producción mundial, propiciaron el movimiento de la compañía.
Tsingshan es el mayor productor de este metal en el mundo, y se encuentra en estos momentos en una complicada situación financiera.
Las ya caras materias primas que se necesitan para fabricar baterías ponen en aprietos a los fabricantes de la industria automotriz, que deberán ajustar el precio de los vehículos eléctricos una vez las reservas estratégicas se acaben.
En EEUU están tan preocupados que han pedido invocar la Ley de Producción de Defensa para acelerar la producción de materiales para baterías. Pretenden "abordar amenazas a la seguridad nacional" estadounidense.
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