Los beneficios fiscales de ir al trabajo en bici: un incentivo asentando en Europa que empieza a despertar en España

Cada vez hay más países que ofrecen a sus ciudadanos incentivos a cambio de realizar desplazamientos cotidianos en bicicleta -como los trayectos al trabajo, por ejemplo- para rebajar los niveles de emisiones en sus ciudades. Esta práctica, que se da desde hace años en Bélgica, Países bajos, Dinamarca o Alemania, cada vez tiene más adeptos en Europa gracias, en parte, al auge de la bicicleta eléctrica.

En España existen planes para impulsar el uso de la bicicleta como la “Estrategia Estatal de la bicicleta”, y aunque por el momento no hay ayudas directas de las instituciones ni de los ayuntamientos para quienes eligen este medio de desplazarse a diario más allá de las ayudas a la compra, sí existe alguna iniciativa privada que conviene destacar.

Beneficios no solo económicos

Gracias a sus características técnicas, las bicicletas eléctricas son una gran opción para sustituir al vehículo privado en gran parte de los desplazamientos que se realizan, por ejemplo, en el entorno urbano. Y es que funcionan como las bicicletas tradicionales, pero gracias a la ayuda de su motor eléctrico, tienen algunas ventajas como que superar desniveles suponga menos esfuerzo y que, en general, se puedan hacer trayectos a una velocidad mayor.

Así, cada vez más ciclistas anteponen las bicicletas eléctricas a su vehículo privado porque les permiten llegar al trabajo sin apenas realizar esfuerzo, al mismo tiempo que realizan alguna actividad física modesta y saludable para el corazón, como mínimo dos veces al día, y además se evitan pagar combustible, en un momento en el que el precio de la gasolina está por las nubes.

Por no hablar de la gran cantidad de beneficios para la salud que aportan tanto las bicicletas normales como las bicicletas eléctricas y que recogen gran cantidad de estudios sobre el tema.

En Europa, los primeros programas de incentivos de éxito para quienes eligen las bicicletas como medio de desplazamiento para ir al trabajo se remontan a hace casi una década.

Uno de los países pioneros en implantar dicho sistema fue Bélgica, y más tarde Francia, que hace ocho años estrenó un programa que aunque hizo mucho ruido y no resultó ser tan efectivo como el belga, inspiró a otros países europeos a crear sus propias medidas para incentivar las dos ruedas como medio de transporte al trabajo. Y estos siguen en aumento.

Generalmente, estos programas se implementan en forma de beneficio fiscal para los empleados que van al trabajo en bici, añadiendo a su sueldo una cantidad de dinero determinada en forma de bonos o cheques libre de impuestos.

Por ejemplo, en el caso de Bélgica, otorga un incentivo fiscal para ir al trabajo de 0,25 euros por km según los datos de la LEVA (Asociación de Vehículos Eléctricos Ligeros). Eso se traduce en que por cada 10 kilómetros recorridos en bicicleta al trabajo, podrían obtenerse 1.200 euros de ingreso al año libres de impuestos.

Los Países Bajos ofrecen incentivos similares, mientras que en Luxemburgo son inferiores aunque ofrezcan interesantes ayudas a la compra. En Italia, Bari fue la primera ciudad italiana en pagar por ir en bici al trabajo, hasta 0,20 euros/km, aunque estableció un límite de 25 euros al mes como máximo.

Como recoge la Federación Europea de Ciclistas (ECF), solo en el Viejo Continente ya existen más de 300 esquemas que ofrecen incentivos fiscales y ayudas a la compra de bicicletas para ir al trabajo en toda Europa.

En España, la Estrategia Estatal de la Bicicleta, que se divide en 28 bloques de acción, propone entre otras cosas que se estudie una modificación de la normativa fiscal para incluir la movilidad en bicicleta en los desplazamientos al trabajo “como una renta en especie”, algo parecido a cuando la empresa facilita un vehículo de renting al trabajador como parte de su salario. Además, en el documento se recoge que se incentivarán los planes de movilidad ciclista en los centros de trabajo.

Algunas empresas españolas ya tienen en activo iniciativas privadas para impulsar formas más limpias de desplazarse al trabajo. Como ya recogía hace tiempo un medio especializado, una de las pioneras fue Ingeteam, una empresa con sede en Albacete que en 2020 ya activó incentivos de un euro al día para los trabajadores que usasen la bicicleta para ir al trabajo.

Todos estos programas están destinados a aprovechar una serie de ventajas que ofrece la sustitución de automóviles por bicicletas, pues con más personas en bicicleta y menos automóviles obstruyendo las carreteras, las ciudades funcionan de manera más eficiente. Algunos estudios incluso evidencian que la sustitución de un 10 % de automóviles por bicicletas podría reducir la congestión del tráfico alrededor de un 40 %.

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