Suzuka es uno de los últimos circuitos al viejo estilo. Es largo, con multitud de curvas especiales, alejado del moderno concepto de circuito, que parecen diseñados perfectamente al milímetro. De casi seis kilómetros de largo (exactamente 5,807 km), fue concebido como circuito de pruebas de Honda en 1962 por el mismo hombre que diseñó el Jarama y Zandvoort (mítico circuito holandés).
Cualquiera de sus secciones tiene mucha variedad. La sección inicial cuenta con dos curvas enlazadas a derechas (curvas 1ª y 2ª) en las que se entra a gran velocidad y que dan paso a las famosas Curvas-S. Dejando atrás éstas, tenemos la curva Dunlop, a izquierdas y prácticamente ciega que nos deja rápidamente en una curva cerrada a derechas que da al túnel. Este túnel hace que el circuito adopte una forma de ocho poco habitual. Una exigente horquilla a izquierdas nos lanza a la “recta” más larga del circuito, que termina en la espectacular 130R, a izquierdas. Como guinda final, la chicane de entrada a meta es un punto fenomenal para intentar adelantar, eso sí, sin salirse de la pista…
Vía | grandprix.com