Cuando Jaguar corría en la F1 y usaba Fernando Alonso como probador, pero fue un fracaso tan grande que le regalaron el equipo a Red Bull
Últimamente la marca Jaguar ha estado en las noticias por motivos como mínimo surrealistas, pero hubo una época en la que el felino todavía rugía. Hace solo dos décadas, Jaguar vendió su equipo de Fórmula 1 a Red Bull por solo un euro, permitiendo a los de las bebidas energéticas hacer el negocio del siglo.
El proyecto de Jaguar lo tuvo todo. A Niki Lauda como jefe de equipo, a un piloto de élite como Eddie Irvine de estrella, el apoyo de un gigante como Ford detrás y hasta una joven promesa como Fernando Alonso haciéndoles de probador. Tuvieron todo, salvo éxito. Y tras cinco años el equipo acabó ahogado por el despilfarro económico sin retorno de la Fórmula 1.
Niki Lauda quiso cambiar la F1 juntando a Adrian Newey y Fernando Alonso en Jaguar
La aventura de Jaguar en la Fórmula 1 comienza allá por 2000. El mítico Jackie Stewart se cansó de su equipo, el solvente Stewart GP que incluso ganó una carrera en 1999, pero que ya no daba para más. Así que decidió ponerlo en venta y no tardó en salirle un comprador: Ford, la marca que le suministraba los motores.
Para potenciar su marca de lujo, Ford decidió que su equipo de Fórmula 1 se iba a llamar Jaguar. Luciría sus colores y sus símbolos, con el jaguar rugiendo incluido, pero el dinero salía directamente de los Estados Unidos. Y nada más llegar dieron un gran golpe de efecto: ficharon como piloto estrella a Eddie Irvine.
Irvine venía de ser subcampeón del mundo de pilotos y campeón de constructores con Ferrari el año antes, 1999. De hecho, Irvine perdió el mundial en la última carrera, en Suzuka, por solo dos puntos contra Mika Hakkinen. Es decir, estuvimos realmente cerca de que Jaguar debutase en la Fórmula 1 con el dorsal '1' de campeón.
Pero Jaguar no era Ferrari, e Irvine tardaría poco tiempo en darse cuenta. Aquel primer Jaguar R1 tan solo fue capaz de sumar cuatro puntos en toda la temporada, todos de Irvine. El otro piloto, Johnny Herbert, que se había quedado en Jaguar desde Stewart GP, acabó la temporada en blanco. Sin un mísero punto.
Eso le costó a Herbert su carrera en la Fórmula 1. Fue despedido y nunca más volvió, mientras que su lugar en Jaguar lo ocupó Luciano Burti, el probador. Pero los resultados tampoco llegaban en 2001, así que Ford decidió cortar por lo sano: tras solo unas carreras echó al jefe del equipo, Bobby Rahal, y lo reemplazó por una figura bien reconocible: Niki Lauda.
La primera decisión de Lauda al frente de Jaguar es bien conocida por el público español. El mito austriaco despidió a Burti a mitad de temporada para subir a su coche a Pedro de la Rosa. La mejoría con Lauda al frente se hizo patente en Mónaco, donde Irvine consiguió el primer podio de la historia de Jaguar en la Fórmula 1, solo detrás de los dos Ferrari.
Jaguar acabó el año con nueve puntos, seis de Irvine y tres de de la Rosa, incluyendo el podio de Mónaco, lo que significa una mejora respecto al debut. Y es aquí donde Niki Lauda trató de darle el empujón definitivo al proyecto de Ford en la Fórmula 1 con dos nombres clave: Adrian Newey y Fernando Alonso.
Alonso y Newey compartirán equipo en una escudería que viste de verde en 2025, pero pudieron hacerlo ya en 2002, más de dos décadas antes. Lauda se lanzó de cabeza a por Newey, sabedor de que el británico no estaba a gusto con el ambiente de McLaren y había ciertas disputas internas. Pero entonces Newey rechazó ir a un equipo en el que acabaría solo tres años después.
Por otro lado, Lauda vio algo en aquel español llamado Fernando Alonso que había debutado un año antes en Minardi. Renault había dejado a Alonso como reserva en 2002, y Lauda quiso aprovechar para birlarle la perla a Flavio Briatore, pero meterle un gol a Briatore en esto de la Fórmula 1 es tarea complicada.
Lauda consiguió que Alonso se llegase a subir al Jaguar e hiciese como probador en algún test para dictaminar los problemas de ese R3, pero cuando quiso convertir a Alonso en piloto titular subiéndolo a la Fórmula 1 a mitad de temporada como cedido de Renault se encontró con la oposición frontal de Briatore.
En 2002 Jaguar consiguió otro podio, el segundo y, aunque aún no lo sabían, el último. Lo hizo Irvine en Monza, justo antes de anunciar su retirada de la Fórmula 1. De la Rosa ni siquiera consiguió sumar un punto ese año, así que sin Alonso, sin Newey, sin grandes resultados y sin un proyecto claro de futuro, Ford decidió reducir la inversión.
De hecho, para 2003 Jaguar despidió a 70 personas de su plantilla de Fórmula 1. Entre ellos, Niki Lauda. El nuevo jefe del equipo era John Hogan y su misión, muy clara: abaratar costes, maximizar resultados gastando poco y, de reojo, ir buscando comprador para el equipo. Porque Ford estaba empezando a notar lo que era invertir sin ganar esa Fórmula 1.
Jaguar fichó como piloto estrella a una joven estrella representada por Briatore, pero no a la que ellos querían. El escogido fue Mark Webber, quien a la postre se convirtió en el piloto que más puntos sumó para Jaguar en Fórmula 1, aunque nunca logró un podio vestido de verde. De los 18 puntos de Jaguar en 2003, 17 fueron de Webber.
Antonio Pizzonia empezó la temporada como titular, pero tras pésimos resultados y un bizarro incidente en el que estrelló un Jaguar S-Type R en la primera curva de Barcelona mientras paseaba a un VIP, el brasileño fue despedido. Su lugar lo ocupó el añorado Justin Wilson, que sumó un punto en las pocas carreras en las que participó.
A esas alturas de la película ya todo el mundo tenía claro que Jaguar era un equipo en venta. Para 2004 mantuvieron a Webber y subieron en el segundo coche a Christian Klien, un joven novato austriaco que venía con un patrocinio de Red Bull debajo del brazo. Y fíjate por donde llegó la venta de Jaguar.
Aunque Red Bull estuvo a punto de quedarse sin el chollo del siglo. Porque Hogan estuvo a punto de venderle el equipo a unos inversores chinos que además estaban dispuestos a sufragar la permanencia de los motores Ford en la parrilla. La idea era crear algo así como un equipo China Ford sobre los restos de Jaguar, el que habría sido el primer equipo chino de la Fórmula 1.
Pero ni los chinos ni especialmente Ford estaban plenamente convencidos de la maniobra, que se acabó disipando cuando estaba ya lista para firma. Los que sí tenían un interés real eran los de Red Bull, pero con una condición: ellos asumían todo el coste del equipo sin pagar ni un solo euro por su compra.
Finalmente la venta de Jaguar a Red Bull se produjo el último día de inscripciones para la siguiente temporada, a finales de 2004, a cambio de un dólar. Ese equipo, hoy vale casi 3.000 millones de dólares y ha ganado ocho mundiales de pilotos y seis de constructores en los últimos 20 años. Y, sí, con Adrian Newey como pilar fundamental del proyecto.
La historia de Jaguar en la Fórmula 1, un equipo de película que quiso hacer lo que después hizo Red Bull a su costa.