Potencia desaforada y un buen nivel de personalización de los acabados es lo que ofrece Shelby en forma de paquete Super Snake. Con dos posibilidades a elegir, tenemos 662 CV o bien 850 CV de brutalidad disponibles tanto en coupé como en descapotable. ¿Os acordáis del Cobra fabricado en homenaje a Carroll Shelby? Pues ahora hay para todos. Bueno, para 500, porque la edición es limitada.
Y “para todos” los que puedan permitirse pagar 28.995 dólares por la versión pequeña o 39.995 dólares por la bestia. El coche va aparte, sí: hay que añadirle 54.200. La revitalización del proyecto Super Snake se remonta a este pasado verano, cuando el preparador comenzó a producir la actualización del modelo de 2007, que sólo daba 725 CV en el mejor de los casos.
Además de tales cifras de potencia, la fiera cuenta con un sistema de refrigeración renovado, con nuevo radiador e intercooler y tanques de enfriamiento de aluminio. También son nuevos los diseños de las llantas, blancas o pulidas de 20 pulgadas. La transmisión es manual de seis relaciones, los frenos Wilwood con 6 pistones delante y 4 atrás y cuenta con un escape nuevo diseñado por Borla.
Aquí lo vemos vestido de coche de bomberos, pero las posibilidades son las que suele ofrecer Ford para los Shelby GT500: el clásico Deep Impact Blue, el azul un poco más claro Grabber Blue, el blanco Performance White, el plateado Ingot Silver, el gris Sterling Gray, el negro Ebony Clearcoat y los rojos Race Red y Red Candy. Las franjas están disponible en azul, blanco, negro y plateado.
En el interior, el cuero invade el espacio y aunque de serie es de color negro, cabe la posibilidad de personalizarlo con piel bitono. La firma de Shelby está presente en elementos como los reposacabezas y las alfombrillas, aunque quizá quienes lo adquieran no necesiten que les recuerden cuál es el alma de esta poderosa máquina de quemar el asfalto.
¿Tiene alguna pega? Sin duda. De venta sólo en Estados Unidos. Los demás, a verlo pasar.
Fuente | Mustangs Daily
En Motorpasión | Shelby GT500 Cobra: 850 CV en homenaje a Carroll Shelby