No es ningún secreto que, año tras año, los coches montan ruedas más grandes y anchas. En la década de los 80, una llanta de 16 pulgadas se consideraba grande y si tenía 205 milímetros de ancho, era considerada una rueda deportiva. Sin ir más lejos, el Toyota Celica GT-Four ST185 (Carlos Sainz), por poner un ejemplo, montaba ruedas de 215 milímetros de ancho y 15 pulgadas de diámetro para sus 208 CV. Otro ejemplo es el Toyota Supra 3.0 Turbo, que contaba con ruedas de 225 de ancho en llantas de 16 pulgadas.
Hoy, esas medidas las lleva un compacto normal. Por poner más ejemplo, el Toyota Corolla 125H, con sus 122 CV, tiene una monta de 205/55 en llanta de 16 pulgadas y el mismo modelo con el motor DynamicForce de 184 CV, ya tiene unas ruedas de 225 milímetros en llanta de 18 pulgadas. El aumento de tamaño de las ruedas es notorio y, en muchas ocasiones, se hace por simple estética. Hay casos en los que se llega a montar llantas de hasta 20 pulgadas, casi como una paellera para 16 personas, sin que realmente sean necesariamente tan grandes.
Los coches modernos han sido diseñados para montar llantas de gran diámetro, ya que una llanta grande queda mejor que una pequeña. No es raro encontrarse coches que, en las fotos publicitarias, tienen un aspecto impresionante, pero a la hora de adquirir una versión diferente a la publicada en el anuncio la cosa es bien diferente.
Montar llantas muy grandes no siempre es buena idea
En la industria del automóvil hay muchas cosas que se relacionan entre sí, como es el caso de los frenos y el tamaño de las ruedas. Los primeros van montados en las segundas y, obviamente, los tamaños van relacionados. Cuando un coche potente monta llantas grandes, por lo general, suele ser para dejar hueco a unos frenos más grandes. Además, el diámetro total de la rueda (llanta más neumático), afecta al consumo, al comportamiento del coche e incluso a sus prestaciones. Las relaciones de la caja de cambios, la relación de desmultiplicación, el diferencial… todo se calcula teniendo en cuenta el diámetro de las ruedas, todo está relacionado entre sí.
Una gran llanta en un turismo convencional, de uso familiar, no tiene sentido más allá de lo estético
Cierto es, no obstante, que el aumento del tamaño de las ruedas, sobre todo a lo ancho, también aumenta la adherencia al asfalto. Más neumático en contacto con el suelo significa más agarre del coche en carretera, aunque en condiciones poco favorables como piso húmedo o tierra, una mayor anchura es contraproducente al necesitar evacuar más cantidad de agua para contactar con el suelo. Por otro lado, una llanta de gran diámetro conlleva un perfil de neumático más pequeño y esto, a su vez, provoca que se pierda confort de marcha y hace que las reacciones del coche sean más vivas. En un deportivo no es problema, importa la eficacia y el agarre al asfalto, pero en un turismo convencional, de uso familiar, no tiene sentido más allá de lo estético.
Un tamaño coherente supone ahorro en recambios, mejor consumo y una mayor comodidad
¿Es malo poner llantas más grandes? No, no es malo, siempre que se tenga un poco de coherencia. Hay casos absurdos, sobre todo en Estados Unidos, donde las llantas adquieren unas dimensiones gigantes y sin sentido, totalmente anti dinámicas e incluso peligrosas. Y hablamos de diámetros mayores de 35 pulgadas, un tamaño considerablemente exagerado. Poner llantas más grandes a un coche no conlleva mayor problema que lo ya mencionado siempre que sea coherente, es decir, se perderá algo de comodidad de bacheo, el coche tendrá reacciones más rápidas y nos saldrá más caro la sustitución de las ruedas y llenar el depósito, pues también afectan al consumo (cuando más rueda monte, más energía se necesita para moverla).
También hay quien le pone llantas más pequeñas, mucho más pequeñas. Es el caso del conocido como “german style” dentro del universo tuning. Y no hablemos ya del “stance”, que llega a extremos de modificar las cotas de convergencia y caída de las ruedas hasta niveles que se podrían calificar como absurdos.
¿Se nos está yendo de las manos?
Hay un claro culpable de las llantas grandes, o mejor dicho, hay dos. Por un lado, los diseñadores siempre se han decantado por llantas grandes por el aspecto que dan a los coches. Sólo hay que fijarse en los concept car que se muestran en los salones y ferias, pocos o ninguno hay con ruedas pequeñas. Por otro lado, tenemos que mencionar a los SUV. Actualmente son los coches preferidos por los usuarios y tanto por diseño como por tamaño, estos modelos usan llantas grandes. Algunas veces son mera estética, pues en un coche grande no cuadra y no queda bonito una llanta pequeña, pero en otras ocasiones es necesidad.
Los SUV tienen grandes huecos para las ruedas, con suspensiones de recorridos algo más largos así como un mayor peso. Son condicionantes que requieren una rueda grande. Pero la popularidad de los “Sport Utility Vehicles” ha influído en el resto de modelos y una llanta de 16 pulgadas ha comenzado a considerarse pequeña y poco estética.
Imágenes | Flickr: Hicky-Toe-Mott; Kuhl Racing; Dotz Wheels