¿Hasta qué punto puede cambiar la movilidad urbana una batería que se carga en 72 segundos? Ahora que la autonomía ha dejado de ser una barrera para la adopción masiva del coche eléctrico (el Toyota bZ4X supera los 500 km homologados), una de las principales pegas es el tiempo muerto que debemos pasar cargándolo y sin poder usarlo. La tecnología de los supercondensadores, que lleva tiempo en ciernes, puede ayudar.
Gigantes de la automoción como Toyota se esfuerzan en ampliar las opciones para conducir vehículos sostenibles (híbridos, enchufables, de hidrógeno…). Y uno de los motivos es porque el vehículo cien por cien eléctrico, con estos tiempos de carga, no es una alternativa viable para muchos de los conductores. Algo que podría cambiar drásticamente en los próximos años.
Y por esto los híbridos siguen siendo la opción eléctrica más realista, de momento
No es para menos. Mientras que repostar un coche térmico nos puede llevar 2 o 3 minutos, cargar uno eléctrico actual nos llevará horas (dependiendo de la capacidad del punto de carga y de nuestro vehículo).
Los modelos más actuales, como los vehículos comerciales eléctricos de Toyota o el ya mencionado bZ4X pueden cargarse al 80% en aproximadamente media hora, y algunos modelos de superlujo pueden conseguirlo en algo más de 10 minutos. Pero ello también depende de la potencia del punto de carga disponible, lo que nos lleva a la siguiente barrera: la infraestructura de puntos de carga.
Incluso contando con un punto de carga en nuestro garaje (algo a lo que no todo el mundo tiene acceso), tarde o temprano tendremos que cargar en alguna electrolinera o punto de carga público.
Hace poco hicimos una prueba en Espacio Toyota para conocer de primera mano los problemas asociados a la realidad actual de la red en España: escasa disponibilidad de los puntos, falta de mantenimiento, potencia de carga insuficiente… Una situación que se agrava a medida que nos alejamos de las grandes ciudades, y que impide que el coche cien por cien eléctrico sea una alternativa para muchos.
Así con todo, no es de extrañar que los híbridos sigan siendo la opción preferente para los que buscamos un vehículo electrificado (y no solo por su gran fiabilidad).
Sobre todo los autorrecargables o HEV, cuyas matriculaciones en España crecieron un 8,9% en 2022 y ya ocupan una cuota de mercado del 25%. Pero también los enchufables o PHEV, que crecieron un 11,27% y con una cuota del 5,24% superan al eléctrico puro BEV. El Toyota Corolla Hybrid ha vuelto a liderar en 2022, con el nuevo Yaris Cross Electric Hybrid alzándose en los últimos meses del año.
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recarga batería morand e technology |
repostaje vehículo térmico (media) |
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al 80% |
72 segundos (1 m. 12 s.) |
- |
al 98% |
120 segundos (2 m.) |
120 segundos (2 m.) |
al 100% |
150 segundos (2 m. 30 s.) |
- |
¿Una batería que se carga en algo más de un minuto?
Parece claro que para que el público mayoritario se decante por el coche eléctrico puro, hay que prescindir de esas inconvenientes (e inasumibles para algunos profesionales) esperas.
Aunque recientemente han surgido soluciones de baterías intercambiables, la mayoría de los esfuerzos se centran en encontrar tecnologías que permitan equiparar los tiempos de carga a los del repostaje de un vehículo térmico. Con ese objetivo, el ex piloto y director de escudería Benoît Morand se decidió a crear una startup con la que afirma haber desarrollado una batería capaz de cargarse en algo más de 1 minuto.
En concreto, y según la propia empresa Morand eTechnology, la batería se recarga al 80% en 72 segundos, al 98% en 120 segundos (los 2 minutos que tardamos de media en repostar en una gasolinera) y al 100% en 150 segundos (2 minutos y medio). La startup suiza afirma que en poco tiempo podría rebajar la carga completa de su batería a esa cifra mágica de 72 segundos.
Para lograrlo, Morand eTechnology ha desarrollado un paquete de baterías haciendo uso de un sistema que hibrida tecnología tradicional con supercondensadores (o ultracondesadores), y al que le han dotado de los controladores necesarios para la carga ultra-rápida.
No es la primera vez que este tipo de solución basada en supercondensadores muestran su potencial para la recarga. En los últimos años los hemos visto en concepts de Salón, mientras que diversas casas están investigando y patentando aplicaciones que los incluyen.
En este caso, la batería presentaría además algunas ventajas adicionales con respecto a las actuales, como un menor uso de litio o cobalto, mayor resistencia a las temperaturas extremas y menor degradación con el paso de los ciclos.
Baterías de menor capacidad para ajustarse a las necesidades de la movilidad urbana
Como todo, la batería de 72 segundos de Morand tiene su letra pequeña. Las pruebas (realizadas por la empresa de ingeniería Geo Technology) se han realizado con un paquete de celdas de 7,2 kWh, una capacidad más cercana a la de motos eléctricas o cuadriciclos ligeros que a la de un coche eléctrico puro (la del bZ4X tiene 71,5 kWh). Este sensiblemente menor tamaño explicaría en buena parte la rapidez de su carga.
Por otro lado, las pruebas se llevaron a cabo con una potencia eléctrica de 900A/360 kW, que por ahora solo podemos encontrar en algunos puntos de carga ultra-rápida de última generación.
Todo esto no es necesariamente negativo. Morand nos ofrece múltiples ejemplos donde su uso sería una alternativa muy recomendable, como en robots, drones o vehículos de movilidad personal. Aún sin contar con un punto de carga rápida, una bicicleta eléctrica dotada de esta tecnología podría cargarse en 6 minutos en un enchufe doméstico. Una opción que amplía mucho la practicidad y conveniencia de este tipo de vehículos.
Tampoco se descarta en absoluto su utilización para pequeños automóviles urbanos, donde se conseguiría una autonomía de 70 km en modo completamente eléctrico, y de 300 km en modo híbrido.
Sería una alternativa en la línea de lo defendido por la propia Toyota, que apuesta por baterías con menor capacidad y más ajustadas a las necesidades reales del día a día urbano (recordemos que los españoles hacemos en torno a 50 km diarios de media).
Toyota afirma además que estas baterías menores son también más baratas, algo fundamental para que el coche eléctrico pueda convertirse en un producto de masas.
Morand reconoce que su batería de 72 segundos es aún muy costosa, pero ya está trabajando con un socio comercial para escalar la producción y poder reducir el coste, introduciendo la tecnología del supercondensador. Cuenta además con la ventaja de su mayor duración de vida útil (50.000 ciclos, 10 veces más que una batería de ión-litio común), lo que haría más rentable aún la tecnología.