La correa de distribución y sus averías son las protagonistas de una de las películas de terror más famosas de todos los tiempos. La verdad es que llegados a este punto, pocas opciones quedan aparte de visitar el taller. Aquí, lo que realmente importa es prevenir, es decir, sustituirla a tiempo evitando que con el deterioro llegue a romperse en el momento más inoportuno.
La correa de distribución es quizá sea una de las primeras partes del coche por la que preguntamos cuando vamos a comprar un coche de segunda mano. ¿Se ha cambiado la correa de distribución? Una respuesta negativa muchas veces hace que perdamos el interés por la compra.
Y es que la correa de distribución es una pieza vital del motor, la función que tiene en el vehículo es fundamental y su mal funcionamiento o su rotura pueden tener graves y costosas consecuencias, por lo que más nos vale estar pendiente de ella.
¿Qué es la correa de distribución y cuál es su misión?
La función principal de la correa es la de controlar la sincronización del motor, asegurando que la secuencia de apertura y cierre de las válvulas de los cilindros es perfecta para que cigüeñal y árbol de levas giren de forma sincronizada.
La correa coordina cigüeñal, árbol de levas, apertura y cierre de válvulas…
El árbol de levas del motor controla la apertura y cierre de válvulas, dejando entrar y salir el combustible y el aire y por otra parte el cigüeñal mueve los pistones arriba y abajo al mismo tiempo.
Estas dos acciones deben estar sincronizadas, de lo contrario, antes o después sufrirán daños las válvulas, los pistones u otras piezas del motor.
Se trata de una misión básica, podríamos decir que la correa es el auténtico “coordinador” del grupo de trabajo que representa un motor de combustión.
¿Qué tipos existen?
Lo más general es que encontremos dos tipos, por una parte, la correa tradicional dentada, compuesta de materiales como el caucho, goma, nylon o poliuretano reforzadas de kevlar, y por otra la cadena de distribución.
En el caso de la cadena, al necesitar lubricación, esta se aloja en el interior del motor y se lubrican con el aceite, mientras que las correas las vamos a encontrar generalmente fuera del motor. Hay algunos fabricantes que utilizan "correas húmedas", que al igual que las cadenas de distribución, funcionan internamente en el aceite del motor.
Las opciones: correas, cadenas y correas húmedas
Las correas húmedas tienen un armazón de fibra de vidrio en su interior y un revestimiento de teflón en la parte dentada que garantiza la resistencia al aceite y los gases.
Debido al material, las cadenas suelen durar más. En el caso de las correas, estas pueden secarse y agrietarse con el tiempo si no se sustituyen. Por otra parte, las cadenas suelen tener una mayor pérdida por fricción, lo que puede elevar el consumo.
En el caso de vehículos híbridos como el caso de los no enchufables de Toyota disponen de distribución por cadena.
¿Cuándo hay que cambiarla?
Como cualquier otra pieza sometida a desgaste, depende mucho del tipo de conducción, entorno en el que se mueva el vehículo, tipo de correa, pero en general será algo que a todos los propietarios nos va a tocar hacer alguna que otra vez durante la vida del coche.
Los fabricantes suelen recomendar sustituir la correa de distribución después de un número determinado de años o kilómetros, es recomendable ver el libro de mantenimiento del coche, ya que la duración puede tener un rango muy amplio, oscilando entre los 60.000 y 150.000 kilómetros.
Hay que tener en cuenta que esta pieza está funcionando siempre con el motor, es decir, si la conducción es urbana en la que pasamos mucho más tiempo detenidos en semáforos, atascos, etc., este rango de kilometrajes será menor.
A priori las cadenas tienen una vida útil más longeva que las correas
En el mantenimiento de las correas y cadenas es conveniente ser preventivo, es decir, no esperar a que haya indicios evidentes o que haya una rotura. Un problema es que en algunos casos la correa no presenta el más mínimo indicio, o al menos el conductor no se percata de ello, y muchas veces ya es demasiado tarde.
Avisos y síntomas de desgaste: los ruidos
Una rotura de la correa supone una avería importante, podemos hablar de roturas de válvulas, daños en el bloque motor o cilindros, en fin, un gran problema.
El mantenimiento se basa en el análisis visual y el control de la tensión y posibles holguras
Teniendo en cuenta que el mantenimiento se basa en la observación y control, lo que debemos estar atentos es a posibles indicios que nos puedan ahorrar una rotura de la correa.
Los ruidos que provengan del motor pueden ser uno de los primeros indicios, por ejemplo un ruido de rozamiento en la zona de la cubierta de la correa puede ser una pista de que la correa est´´a destensada.
Ruidos acompasados en los que el sonido del motor, una especie de tic-tac que se repite.
Además de la correa de distribución también tenemos otras correas como la de servicios que pueden emitir sonidos similares o el típico sonido agudo que emiten algunos coches cuando el motor está frío.
En cualquier caso los ruidos atípicos siempre van a ser un síntoma de avería, ya sea proveniente del motor o de cualquier otro sistema del vehículo, así que conviene revisarlo.
Problemas de arranque o pérdida de potencia
En el arranque la coordinación de apertura de levas y movimiento del cigüeñal es muy importante, sobre todo cuando el motor está frío, ya que es sistema está optimizado para obtener el mayor rendimiento.
Si tu coche no arranca, puede significar que hay un problema con la correa. Si está rota, el árbol de levas no girará cuando gire el cigüeñal.
Si existe sospecha, conviene visitar el taller
Un síntoma definitivo es la pérdida repentina de potencia del vehículo en movimiento. Con tan solo la rotura de uno de los dientes de la correa se va a producir esta situación, que generalmente va a venir acompañada en la mayoría de los casos del encendido del testigo de avería en el cuadro.
En este caso, al igual que en los anteriores, lo importante es detener el vehículo y llevarlo al taller, como hemos insistido anteriormente, para evitar males mayores.
¿Reparación costosa?
Cuanto más haya que reparar, más caro. Es decir, si hablamos únicamente de una sustitución de la correa a nivel preventivo podemos hablar, en función de los modelos claro está, de una reparación a partir de los 400 o 500 euros.
Lógicamente si ya hablamos de una reparación, es decir, en el que ha habido rotura o daños en otros elementos, lógicamente la cifra va a ir aumentando.
El coste aumenta en función de los elementos afectados
Lo importante es que una vez que sustituya la correa te asegures de que en el presupuesto se incluye además del precio de la correa, los tensores y la mano de obra, y además consultar con el mecánico si hay otros elementos que deban ser sustituidos como por ejemplo la bomba de agua, que en algunos vehículos se requiere quitar la correa de distribución, es decir, aprovechar la ocasión.
Quizá sea este un caso en que el mantenimiento preventivo es fundamental, pero es algo que podemos extrapolar a otros sistemas del vehículo, en definitiva “más vale prevenir que curar” y más si hablamos de la correa de distribución.
Imágenes: Unsplash | Parvez AzarQaderi, Markus Spiske, Pexels | Hebert Santos