Vías inteligentes, ecológicas, que recojan la luz solar y sirvan para abastecer a la población. Recargarán los vehículos eléctricos y se conectarán a los autónomos con miles de datos en tiempo real. El futuro nos aguarda con cientos de innovaciones que jamás podríamos llegar a imaginar.
Pero ninguno de estos avances tendría sentido si no se asegurase su sostenibilidad a largo plazo. Y lo que determina la sostenibilidad de una vía es el coste de su mantenimiento y su reparación. Por ello, el gran reto de verdad que tenemos que afrontar en los próximos años es la de conseguir carreteras autorreparables.
Carreteras ecológicas e inteligentes, ¿es lo que más necesitamos?
Hace poco conocíamos el caso de la loca carretera china, con capacidad para recargar los coches eléctricos y comunicarse con los autónomos. No es la primera vía solar que conocemos, pero sí la que parece ser más completa de cara a los retos a los que se va a enfrentar la ingeniería vial en las próximas décadas.
La carretera solar intercala placas de inducción para recargar coches eléctricos en circulación
Se trata de un tramo de autopista de menos de dos kilómetros de longitud, cercana a la ciudad china de Jinan. Además de los paneles fotovoltaicos, la carretera cuenta con placas de inducción intercaladas entre ellos. Así, la energía almacenada servirá no sólo para abastecer la iluminación, señales y peajes de la misma, sino también los coches eléctricos que circulen por ella.
El tema de la inducción es sólo una de las ventajas que tendría esta carretera. También podría emitir calor para derretir la nieve y evitar la formación de placas de hielo (esta otra carretera ya lo hace). Y esto podría ser importante para lo siguiente que os vamos a contar.
Carreteras autorreparables, ¿una utopía?
Sorprende al profano en la materia, cuando se realiza una búsqueda exhaustiva, la gran cantidad de proyectos que están en marcha para lograr carreteras con capacidades de autorreparación, en mayor o menor grado. Y algunos de ellos se encuentran en nuestro país.
Las sustancias rejuvenecedoras se van liberando paulatinamente en el interior del firme
Por ejemplo, el proyecto español TRAINER, financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y con la participación de ACCIONA, trata de introducir en las mezclas asfálticas cápsulas con sustancias rejuvenecedoras del asfalto. Estas sustancias ya existen en la actualidad, pero requieren de la intervención directa de operarios que la apliquen de forma superficial. Sin embargo, con su introducción en cápsulas en la composición del asfalto, se puedan ir liberando paulatinamente en el interior del firme envejecido con el paso del tiempo.
Otros ejemplos españoles son el de Repsol, que se encuentra desarrollando asfaltos inteligentes y plásticos que se curan por sí solos. O el de la Universidad de Alicante, que ha diseñado una resina capaz de repararse en quince segundos después de ser cortado por unas tijeras.
Calor y bacterias para curar nuestras carreteras
El proyecto europeo SHINE está por su parte en la creación de un poliuretano en el que han introducido enlaces químicos reversibles, de tal manera que en apenas veinticuatro horas puedan autorrepararse y recuperar sus propiedades al sufrir daños o fracturas de cualquier tipo. Las posibilidades de estos materiales son infinitas: asfaltos, puentes, vías férreas, maquinaria…
Otra rama de este proyecto investiga el uso de bacterias introducidas en estado latente. Así, cuando se produce una grieta o fisura en el material y el agua penetra, las bacterias se activan y producen carbonato de calcio que rellena la grieta.
La conductividad del asfalto implica que pueda calentarse y fundirse para rellenar las grietas
Pero sin duda el caso más famoso no es el más sofisticado. La Universidad de Delft en los Países Bajos ha desarrollado un sistema que consiste en la introducción en la mezcla asfáltica de pequeñas fibras de acero. Esto da al asfalto la capacidad de ser conductiva, lo que implica que, con la ayuda de una máquina de inducción, se calienten las fibras y funda el asfalto, pudiendo rellenar las posibles grietas aparecidas.
Este sistema implicaría en principio la necesidad de trabajar con operarios que manejasen grandes máquinas de microondas para calentar las fibras de acero. Pero, ¿y si combinásemos esta tecnología con la que comentábamos al principio? ¿Podría una carretera solar autocalentarse a sí misma y reparar sus propias grietas? Como vemos, parece que estamos cerca de conocer lo que serán las carreteras del futuro.
Imágenes | Pixabay | Gobierno de Ningbo | Pixabay/dariuszkorzeniewski0 | Pixabay En Espacio Toyota | Las carreteras más estrechas de España donde no vas a querer meter tu coche ni loco (aunque lo intentarás)