¡Los coches serán eléctricos y los SUV dominarán el mundo! O bueno, el mundo no pero las calles sí. Al menos ese podría ser un hipotético mañana, no muy lejano, si nos atenemos a los planes de futuro de muchos fabricantes. También es posible que todo quede en agua de borrajas y vivamos, durante muchos años más, acompañados de motores de combustión interna.
Sin embargo, una parte de esto que decimos ya se está cumpliendo: los SUV dominan las calles. Este concepto de automóvil, que mezcla, teóricamente, las bondades de un turismo con ciertas aptitudes todoterreno, han calado muy hondo entre los conductores. Quizá sea por su diseño, o bien podría ser por sus virtudes como vehículo, aunque no podemos obviar la sensación de seguridad que muchos encuentran a sus mandos o la imagen que otorgan a su conductor.
La verdad es que no importa realmente el porqué, el caso es que han sido capaces de encandilar a muchísimos conductores enviando al ostracismo a segmentos asentados desde hace muchos años. Segmentos como el de los monovolúmenes, que actualmente no tienen el peso comercial que tuvieron antaño. Coches diseñados pensando en un uso familiar, han sido vapuleados por otro tipo de coche que, por un lado, también ofrece posibilidades como vehículo familiar aunque no sea su objetivo final.
El monovolumen frente al SUV
Hubo una época en la cual, casi todos los compactos tenían su correspondiente versión monovolumen. Una versión que hoy se ha transformado en un SUV. Y aquellos que no han sufrido la conversión, han mutado acercándose al concepto de los ‘Sport Utility Vehicle’. Pero, ¿qué ofrece realmente un SUV frente a un monovolumen?
Técnicamente, son bastante diferentes. Un monovolumen es un coche diseñado, casi al 100%, pensando en circulación por asfalto llevando a la familia del punto A al punto B de forma cómoda, económica y segura. Hay versiones con motores potentes, cierto, pero no son ni de lejos vehículos prestacionales. Respecto a los SUV, el objetivo, al menos a priori, es ofrecer un vehículo con una utilidad y alcance algo más amplio, al contar con ciertas posibilidades de circular fuera del asfalto aunque casi el 80% la mayor cantidad de arena que pisan, es la que hay en algunas zonas de aparcamiento.
En cuanto a modularidad interior, el SUV no puede hacer nada frente al monovolumen. Estos últimos se diseñan con el objetivo de ser útiles al máximo, llegando a tener huecos para guardar objetos en los lugares más insospechados. Sin contar con las posibilidades que ofrecen los asientos desplazables, abatibles y giratorios. Los SUV son más ‘rígidos’ en este apartado, menos modulables; más convencionales.
Las ventajas de un SUV
No obstante, el SUV tiene varias ventajas frente a un monovolumen. Y ventajas interesantes además. Para empezar, actualmente su oferta es realmente amplia, enorme, y no parece que vaya a cambiar. Bueno sí, el panorama pinta que será todavía más grande y variado. De hecho, hay fabricantes que se ‘tiran a la piscina’ y se van a centrar únicamente en el mercado SUV y en pick ups, aunque por ahora sólo en Estados Unidos. Una estrategia que podría llegar a Europa a medio plazo.
Por otro lado, un SUV ofrece un mayor radio de acción, aunque la gran mayoría de conductores no lleguen a explotar esas posibilidades. Si bien es cierto que muchos modelos del segmento SUV no son ni de lejos, coches adecuados para salir de asfalto, hay otros que sí y además, con bastante soltura. El Toyota RAV4 por ejemplo, es uno de esos SUV que te permiten algunas aventuras por caminos. Podemos afirmar esto del RAV4 hybrid, la última versión que probamos, y además sin tracción total. Tiene límites, obviamente, pero siendo coherentes te puede llevar muy lejos y traerte de vuelta. Otra cosa es que queramos hacer barbaridades, en cuyo caso, olvídate del RAV4 que no cumple.
También debemos tener en cuenta el comportamiento en carretera de los SUV, bastante cercano a un turismo convencional, que combinado con esas posibilidades de salir del asfalto, los hacen coches muy atractivos. Siguen sin ofrecer la modularidad interior de un monovolumen, pero aquí se suple una cosa por otra. Otro punto que han aupado a los SUV a lo más alto de las listas de ventas es la posición de conducción elevada. Al ir más alto, hay mayor visibilidad y la sensación de seguridad es algo mayor. Tienes más control de todo lo que ocurre a tu alrededor y eso gusta a muchos conductores.
Las nuevas tecnologías hacen de los SUV opciones más interesantes
Obviamente, un SUV, al ser de media un coche más grande que una berlina estándar y más o menos, tan grande como puede llegar a ser un monovolumen, tienen un consumo más alto. O deberíamos decir tenían, porque con las nuevas tecnologías esto ya no es así. Lo que sirve en el resto de vehículos, ya sean urbanos o deportivos, también sirve aquí. Así, tenemos SUV en el mercado capaces de rondar los 300 kilómetros por hora, así como modelos con mecánicas cuyo consumo es ridículo.
Los últimos lanzamientos que nos tienen preparados los fabricantes, traeran modelos todavía más eficaces en este apartado. Los motores híbridos toman una gran presencia en la gama de los SUV, acompañados por motores eléctricos que, como se sabe, ofrecen una contaminación local nula en cuanto gases nocivos. Motores que gracias a los avances en materia de electrónica, cuentan con sistemas de gestión que ayudan sobremanera a extraer la quintaesencia de la energía disponible.
