Es curioso como hace años el temor que tenía la gente a la hora de adquirir un vehículo híbrido estaba relacionado con la duración de la batería. Se suele intentar comparar lo que nos parecen conceptos similares aunque en verdad sean muy diferentes.
Por aquel entonces una de los fallos más comunes en móviles y ordenadores portátiles era la batería, así que la gente pensaba que éste sería el Talón de Aquiles de cualquier coche híbrido. Y una vez que se averiase, poco más que habría que tirar el coche a la basura.
Este era uno de los seis falsos mitos sobre los coches híbridos de los que hablamos en su momento, conjuntamente con el hecho de que son pesados, no gastan menos que los diésel o que si te quedas sin batería te quedas tirado.
Una batería garantizada por 5 años o 100.000 kilómetros
Sin embargo, la propia garantía dada por los fabricantes (5 años o 100.000 kilómetros) ya mostraba indicios de que este elemento era más resistente de lo que pensábamos y además estaba preparado para funcionar durante muchos años.
Un Toyota Prius con 331.000 kilómetros ofreció los mismos resultados que un nuevo coche con la batería intacta
Hoy en día la prueba la tenemos en la calle, con híbridos que cuentan en sus odómetros con los mismo kilómetros que sus homónimos de combustibles fósiles sin haber tenido ningún problema con la batería o resto de componentes asociados a ella. Y lo que es más, en muchos casos la batería sobrevive al coche y ésta puede todavía ofrecer un servicio más allá del lugar para el que fue diseñada.
Un ejemplo lo tenemos en esta comparación que hicieron en Consumer Reports, en el que ponían en relación los datos que habían medido en el 2001 con otro Toyota Prius de la misma generación pero con más de 331.000 kilómetros. Éste llevaba el motor, batería y transmisión originales y sus mediciones hay sido casi las mismas que cuando estaba nuevo.
Objetivo: recuperar el 100% de baterías fabricadas
Hablamos en su momento sobre el reciclaje de baterías y actualmente, Toyota recoge el 91% de las baterías híbridas a través de sus concesionarios. Pero no es suficiente y por ello la marca japonesa ha puesto en marcha un ambicioso plan en el que su meta es conseguir recuperar el 100% de ellas, gracias a la recogida a operadores independientes de tratamiento de vehículos fuera de uso (VFU) o lo que es lo mismo, lo que popularmente se conoce como desguaces.
Toyota quiere recuperar y reciclar el 100% de las baterías de sus coches
Para ello se han ampliado los acuerdos para el reciclado de baterías hasta el 2018, siendo empresas externas como Société Nouvelle d’Affinage des Métaux (SNAM) o Umicore N.V. las encargadas de recoger tanto las de NiMh como las de Li-ion de los distintos modelos de Toyota y Lexus.
Ambas empresas trabajan de una forma muy similar. En el gráfico anterior podemos ver sintetizada su forma de operar, tratando las baterías de manera que se obtienen metales de forma limpia y sin contaminar, los cuales pueden volver a usarse en la fabricación de nuevas baterías.
Además, cada vez viene siendo más necesario el reciclaje de todos los elementos que componen las baterías con el fin de poder reutilizarlos posteriormente. Éste es el caso del Litio que, hasta ahora no se recuperaba pero que poco a poco se ha integrado en los diferentes procesos.
¿Cuál será el nuevo uso de estas baterías?
Aunque lo mejor está por llegar ya que en muchos casos las baterías no se reciclan sino que, como decíamos, se les da un nuevo uso ya que todavía mantienen su capacidad de almacenamiento de la energía eléctrica.
Las baterías recicladas se usan para suministrar energía de coche a coche, como unidades de almacenamiento y como sistemas de respaldo en caso de emergencia
De momento tres son los proyectos en los que se utilizan baterías procedentes de vehículos: para suministrar energía de coche a coche, como unidades de almacenamiento que proporcionan electricidad en momentos puntuales (caídas de la red eléctrica), al estilo de las SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida) o UPS (Uninterruptible power supply) y también como sistemas de respaldo en caso de emergencia. En este caso las propias baterías son las que permiten que las casas sigan contando con energía eléctrica para las funciones básicas.
Fuera del ámbito de Toyota, la gente también ha encontrado la forma de sacar partido a las baterías que ya han acabado con el ciclo de vida en los automóviles pero que todavía se pueden aprovechar antes de reciclar. Éste es el caso del Parque Nacional Yellowstone donde 208 baterías sirven para acumular la electricidad recogida desde paneles fotovoltaicos.