Errare humanun est. El error es intrínseco a la naturaleza humana, desde la prehistoria, el hombre se ha equivocado muchas veces (y las que nos quedan) y no le ha quedado otra que aprender. El no tomar nota o no poner medios supone, ni más ni menos, que se caiga de nuevo en el error.
Este es uno de los puntos de partida de toda la tecnología que incorporan los ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) . Se trata de sistemas que ayudan y asisten al conductor en su tarea y, partiendo de que el siniestro se produce entre otras muchas causas tras una desviación de trayectoria, exceso de velocidad o la no detención a tiempo, su rápida actuación contribuye a evitarlo.
Esta tecnología incluye el uso de cámaras, sensores o soluciones de frenado, entre otras. Todo ello se encuentra concebido y diseñado para mejorar la consciencia del conductor sobre su entorno y minimizar los daños en caso de accidente.
Atropellos y colisiones
La visión que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de un siniestro de tráfico es, generalmente, la de dos vehículos que han impactado el uno contra el otro o quizá un atropello. En definitiva, se trata de una colisión, quizá la primera consecuencia que todo conductor debe evitar.
El Sistema Precolisión con detector de peatones y ciclistas va a contribuir de forma activa a eludir esta colisión en la fase previa. Una desviación de trayectoria, exceso de velocidad o la no detención a tiempo... con la rápida actuación de este avance es posible huir de un mal desenlace.
Sencillamente nos va a avisar, incluso va a actuar. A través de una cámara frontal y un sensor, se analiza el estado de la carretera y los automóviles que circulan por ella.
Cuando el sistema detecta que nos estamos acercando demasiado al vehículo de delante, lo primero que va a hacer es avisarnos mediante señales sonoras. En el momento en el que pisemos el freno, el coche ya estará prevenido y aplicará la máxima fuerza de frenada con independencia de la potencia con que presionemos el pedal.
Pero si hay un escenario en el que este sistema es verdaderamente eficaz, es en el de evitar los atropellos a usuarios vulnerables, como peatones o ciclistas y tanto de día como de noche. Este sistema incluye el Pedestrian-avoidance Steer Assist, o lo que es lo mismo, la dirección asistida para la esquiva de peatones. Cuando todas las contramedidas puestas en marcha no surten efecto, la propia dirección actuará para evitar la colisión inminente.
¡Ojo con las señales!
Las señales de tráfico son una de las principales fuentes de información para el conductor y, en función de ellas, se toman una serie de decisiones u otras. Las señales nos prohíben, nos obligan o nos advierten de un peligro, por lo que pasar por alto esta información puede conllevar un riesgo innecesario.
No obstante, durante la conducción estamos sometidos a una importante cantidad de estímulos y esto puede distraernos de lo esencial. Una distracción, mala visibilidad o falta de concentración momentánea son capaces de impedir que veamos una señal importante. Sin embargo, gracias al Sistema de Reconocimiento de Señales de Tráfico, tendremos información de la señalización que está vigente en el tramo por el que circulemos.
El sistema está dotado de una cámara frontal, colocada en la luna delantera del vehículo, que va a identificar las señales de tráfico y se las transmitirá al conductor mediante una pantalla TFT digital en color. Además, en caso de que no se respeten las señales, también va a emitir un aviso visual y acústico.
El accidente inesperado: la salida de vía
Mantener el vehículo en la trayectoria adecuada puede complicarse cuando el conductor no está en sus mejores condiciones. El cansancio, la fatiga o simplemente el sueño, cuando dan la cara en un conductor, lo hacen casi de forma repentina. Es la típica cabezada.
El coche puede invadir el carril contrario o salir de la carretera. Es el momento en que entra en juego el Sistema de Alerta de Cambio Involuntario de Carril. Se trata de un ingenio que actúa gracias a una cámara inteligente preparada para leer las líneas que delimitan el asfalto.
Si se da esta circunstancia y percibe que el conductor no es consciente de ello, avisa con señales sonoras y visuales. A grandes rasgos, la ausencia de intermitente mientras el coche cambia su dirección es una de las indicaciones de que algo no va bien. En ese momento, es cuando el conductor reacciona y puede corregir la maniobra de forma progresiva, evitando movimientos bruscos.
La velocidad adecuada
Las diferencias de velocidad entre los vehículos son una de las causas que más afectan no solo a los accidentes, sino a la propia movilidad. Cuando se producen grandes diferencias en las velocidades es cuando se originan las retenciones, los frenazos repentinos que pueden dar lugar a alcances, la famosa “circulación en acordeón”. Sería interesante que todos los coches se pusieran de acuerdo y hablasen entre ellos, hacia donde sin duda tiende el futuro.
De cara al conductor, el Sistema de Control de Crucero Adaptativo es un importante aliado. Detecta los vehículos, de manera que sigue al coche que le precede para mantenerse en el carril. Además, combinado con otras funciones como el reconocimiento de señales de tráfico, permite al conductor ajustar la velocidad adecuada. En autopista, es una función muy cómoda, ya que consigue mantener una velocidad de crucero permanente y uniforme, coadyuvando también al ahorro de combustible.
Dentro de los sistemas de control de crucero existen varios tipos, el estándar, el adaptativo o el inteligente.
Allá donde el ojo no ve
Lo que siempre hemos conocido como ángulo muerto: la zona que no controlamos desde los espejos retrovisores y que en alguna ocasión nos ha generado más de un susto. Y esto es especialmente sensible cuando hablamos de otros usuarios, como motoristas o ciclistas, que son más pequeños y pueden ser más difíciles de ver.
El Detector de Ángulo Muerto de Toyota advierte de la presencia de otros vehículos en el lateral mediante un aviso acústico y visual.
Otra innovación interesante es el Detector de Tráfico Trasero, que va a asistir al conductor en la salida de aquellos aparcamientos en los cuales prácticamente hay que ira ciegas. A veces, nos vemos obligados a sacar medio coche para tener visibilidad, poniendo en riesgo la seguridad de todos.
Al igual que otros, este sistema lanza un aviso sonoro y visual ante la presencia de otros vehículos, tanto en el lateral como en la parte trasera del coche.
Mantener la visión en la noche
Por la noche, la agudeza visual se puede reducir hasta un 70 % y el sentido de la profundidad es hasta siete veces menos eficaz. Esta limitación es muy importante, ya que un conductor ha de poder detectar todos los objetos en la carretera a cualquier hora del día y en todas las condiciones de luz. Es más, en última instancia, la escasez de iluminación hace que otros usuarios pasen completamente desapercibidos.
Los sistemas asociados a la conducción nocturna tienen una doble misión. Por un lado, localizar otros usuarios u objetos, como hacen los Sistemas Precolisión y, por otro, o evitar los deslumbramientos de otros conductores.
El Control Inteligente de Luces en Carretera, gracias a su cámara frontal, distingue las luces de los vehículos que circulan delante y en sentido contrario. Asimismo, analiza la iluminación de la calzada. Con toda esa información, cambia de modo automático las luces largas por las de cruce, consiguiendo una conducción más segura no solo para nosotros, sino también para el resto de usuarios.
Pero si hay algo que tiene que quedar claro es que los sistemas de ayuda a la conducción son eso, sistemas que asisten al conductor, por lo que en todo momento el conductor tiene que mantener las condiciones adecuadas. En ningún caso se puede empezar a circular contando a priori con que el mal estado del conductor será contrarrestado con la tecnología.
Imágenes | Toyota Sala de Prensa, Pixabay/Rico_Loeb
