En pleno siglo XXI, todavía seguimos con muchos hábitos que, si todo fuera como en las películas, o habrían sido desechados o nos habrían conducido a un mundo postapocalíptico. Pero no, seguimos empleando, entre otras cosas, combustibles fósiles y ese escenario catastrófico aún no ha llegado. Eso sí, en el sector de la automoción hoy en día ya somos todos conscientes de la necesidad de actuar para frenar el cambio climático y, gracias a la hibridación, estamos poco a poco en camino.
Sabemos que la hibridación no es la salvación, pues sigue usando un motor de combustión contaminante, pero es el primer paso. De hecho, representa la etapa intermedia entre el coche térmico y el 100 % eléctrico necesaria para que la tecnología siga evolucionando y, al mismo tiempo, podamos acostumbrarnos a la propulsión eléctrica.
En los coches híbridos, también las sensaciones son distintas a los térmicos puros, con un funcionamiento muy refinado, suave y sin tirones, pero con una contundencia cuando se entrega toda la potencia que puede sorprender a más de uno. Combinados con un motor de combustión, como bien ha demostrado Toyota, son una de las mejores opciones que existen actualmente frente al resto de tecnologías.
Nuevas leyes de emisiones muy restrictivas
La contaminación es el principal problema medioambiental en las grandes ciudades, o al menos uno de los más acuciantes, y el transporte por carretera constituye una de las grandes fuentes de polución. Reducir las emisiones de los vehículos que recorren diariamente nuestras vías es uno de los retos a los que nos enfrentamos y del que se han hecho eco las Administraciones nacionales e internacionales.
El objetivo son las cero emisiones. No obstante, para lograrlo hace falta más que buena voluntad. En primer lugar, estamos viendo el esfuerzo en innovación de los fabricantes; pero también hace falta una legislación que abogue por esa reducción de gases contaminantes. Vigente desde el 1 de enero del pasado año, Europa ha desarrollado una normativa por la que, si se quieren vender nuevos vehículos en territorio de la UE, se deben cumplir unas estrictas condiciones. Se la conoce como "Ley de los 95 gramos".
Sin entrar en detalles podemos decir que, para vender vehículos nuevos en Europa, las emisiones globales de toda la oferta de cada fabricante no deben superar anualmente los 95 gramos de CO2 de media. En caso de superarse, las multas son abrumadoras: 95 euros por cada gramo de CO2 adicional multiplicado por la cantidad de coches vendidos ese año.
Hay algunas excepciones. Por ejemplo, los fabricantes de pequeñas series (las marcas de superdeportivos, por lo general, o las de superlujo) pueden establecer su propio objetivo de emisiones, que deberá ser aprobado por la Comisión Europea, mientras que aquellos que vendan menos de 1.000 coches al año están exentos.
Los coches con motor de combustión tienen fecha de caducidad
También desde los diferentes Gobiernos nacionales han puesto fecha de caducidad a los motores de combustión interna. En España, el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética ha marcado unas fechas que, aunque parecen lejanas, estarán cumpliéndose sin darnos cuenta.
Uno de los objetivos más ambiciosos es que, en 2050, el parque de turismos e industriales ligeros sea "cero emisiones". Se pretende que dentro de 30 años no haya coches con motores térmicos circulando por las carreteras españolas, por lo que en 2040 no podrán salir a la venta este tipo de vehículos nuevos, sino solo aquellos con motores eléctricos. Entre ellos se incluyen los alimentados por hidrógeno, tecnología que Toyota tiene en desarrollo, habiendo alcanzado su segunda generación con el Toyota Mirai.
En estas décadas, con el punto de mira sobre los coches diésel y gasolina, los híbridos serán los encargados de hacer una transición escalonada hacia la eliminación de las emisiones.
Adiós al diésel, hola hibridación
Más aún que los de gasolina, desde hace tiempo hemos podido ver cómo se ha ido socavando la popularidad de los motores diésel. Durante años, fueron reyes del mercado europeo, imbatibles en ventas y consumo, pero su imagen se ha deteriorado y han perdido el liderazgo entre los usuarios.
En paralelo, y dadas las exigencias de las nuevas reglamentaciones (no solo la de la UE, sino también las propias normas y restricciones de circulación por los núcleos urbanos de nuestro país ), la hibridación se ha ido extendiendo y ramificando. Actualmente, conviven tres tipos de hibridación en el mercado: hibridación ligera o "mild hybrid", convencional y enchufable.
Todos combinan la electricidad con motores de combustión interna para reducir las emisiones y, adicionalmente, mejorar las prestaciones y obtener beneficios fiscales. Su funcionamiento es relativamente sencillo. La hibridación ligera o microhibridación es la más básica, el motor eléctrico de 48 V nunca mueve las ruedas, solo hace de asistente al motor de combustión, siendo de un tamaño muy pequeño.
Por su parte, la hibridación convencional autorrecargable es la que usan los modelos Electric Hybrid de Toyota, siendo los dos motores capaces de mover el coche por su cuenta o combinarse para lograr las mejores prestaciones con consumos ridículos. No obstante, su capacidad de circular solo en eléctrico es reducida.
El tercer tipo de hibridación, la enchufable, también entra dentro de la nueva oferta de la marca japonesa. Es similar a la convencional, pero da un paso estratégico importante: las baterías se alimentan a través de una toma de corriente externa, brindan mayor capacidad y, por tanto, su autonomía en modo eléctrico es sustancialmente mayor. Con una red bien poblada de puntos de recarga públicos o instalaciones privadas, es la antesala perfecta para los coches eléctricos puros.
Por tanto, y de forma progresiva, los conductores se están pasando a la hibridación mientras las marcas van dando la espalda al diésel y abriendo las puertas de la electrificación. Toyota ha sido uno de los primeros fabricantes en promover el cambiocon su propia gama. Actualmente, solo se mantiene el diésel en ciertos modelos, como el emblemático Toyota Land Cruiser, que este año celebra su 70ª aniversario, o el Toyota Hilux, por ejemplo.
La hibridación ocupará el lugar del diésel, pero con un mejor rendimiento en los recorridos más comunes, aquellos que se realizan por poblado
Como apuntábamos un poco más arriba, una de las grandes apuestas de la firma japonesa alineada con esta migración a lo eléctrico es la hibridación enchufable. Es una tecnología que está implementando en sus vehículos, aunque sin perder los valores y el funcionamiento básico de sus Electric Hybrid, como hemos podido comprobar en carretera con el Toyota Prius Plug-in. El siguiente híbrido enchufable, ya disponible mediante preventa en España, es el Toyota RAV4 Plug-in, que aporta 75 kilómetros de autonomía y nada menos que 306 CV. Sin duda, un salto adelante frente a sus hermanos de gama, ambos ya probados en anteriores ocasiones con grandes sensaciones, que deberían ser mejores con este híbrido enchufable a tenor de las cifras que exhibe.
Es verdad que ha llevado algo de tiempo que la tecnología despegue y venza las reticencias de los usuarios. Desde el año 1997 que comenzó su andadura hasta ahora su aceptación se ha disparado.
No olvidemos que los trayectos más habituales son por ciudad y no superan los 60 kilómetros diarios. Esto genera un contexto propicio para los híbridos, donde dan el do pecho con consumos muy contenidos al poder moverse haciendo un uso intensivo del motor eléctrico durante el 80 % del tiempo. Los nuevos enchufables, con una carga completa de las baterías, aumentarán ese porcentaje y, si disponemos de un cargador accesible, casi el total de los desplazamientos por ciudad se harán sin gastar una sola gota de combustible.
Es aquí donde los híbridos enchufables marcarán la diferencia, en los recorridos diarios por entornos urbanos. Tampoco habrá problema si es necesario salir a carreteras de circunvalación, pues un híbrido enchufable puede alcanzar los 135 km/h en modo eléctrico. Nosotros lo hemos comprobado con el Toyota PriusPlug-in y pronto lo podremos confirmar también con el Toyota RAV4 Plug-in.
Etiqueta ECO y Etiqueta CERO, sin cambios en la conducción
La hibridación ha ido ganando adeptos, lo podemos constatar cada vez que salgamos a la calle. La gente confía en la tecnología cada día más porque ha demostrado ser una opción especialmente interesante y, también, especialmente fiable: los coches híbridos apenas tienen averías. Un ejemplo de su curva de crecimiento es el mercado alemán, donde uno de cada cuatro coches es híbrido convencional o híbrido enchufable.
Los usuarios confían en una tecnología que ha demostrado ser especialmente interesante y, también, especialmente fiable
En España estamos recorriendo la misma senda. El pasado mes de marzo de 2021, se contabilizaron 19.312 matriculaciones de coches híbridos y la cuota de mercado roza el 19 %, lejos de más del 50 % de los coches con motor a gasolina, pero cerca del poco más del 30 % de los diésel. Se espera que este crecimiento siga aumentando a lo largo de 2021, acercándose todavía más a los diésel.
Y uno de los principales motivos, al menos en nuestra “piel de toro”, es la catalogación de la Dirección General de Tráfico, que otorga la etiqueta ECO a los híbridos convencionales y la etiqueta CERO a los híbridos enchufables con más de 45 kilómetros de autonomía eléctrica (tanto el Toyota Prius Plug-in como el Toyota RAV4 Plug-in tienen etiqueta CERO).
Con este último distintivo, tenemos la opción de circular sin sufrir ninguna de las posibles restricciones de circulación y acceder a las zonas de bajas emisiones de las diferentes ciudades de España. Además, es posible beneficiarse de aparcamiento gratuito en zona de estacionamiento regulado.
Por otro lado, la conducción sigue siendo muy similar que en cualquier otro automóvil, aunque los híbridos cuentan de forma casi generalizada con cambio automático y su peso es mayor debido a las baterías (un dato que se está recortando con la evolución de este elemento).
Con todo, prácticamente no hay diferencia más allá del sonido, entre un coche con motor de combustión y cambio automático y un híbrido o híbrido enchufable. En estos últimos, el propio coche cambiará de motorización según lo exijan las circunstancias de forma transparente para el usuario.
Está claro que la electrificación es el futuro, según evoluciona la industria del automóvil. De lo que no cabe duda es de que la hibridación representa el paso intermedio y una de las mejores opciones actualmente. Ofrece una conducción “de toda la vida”, con unos consumos muy reducidos en los desplazamientos más comunes y numerosos, a lo que debemos añadir las ventajas fiscales a la hora de comprarlos, las ayudas y, por supuesto, los beneficios secundarios gracias a los distintivos de la Dirección General de Tráfico.