“Le pedimos disculpas sinceras”. La pesadilla de comprarse un Fisker: además de ser un coche terrible, los propietarios tendrán que pagar por arreglar fallos potencialmente peligrosos

Ninguna marca se libra de las llamadas a revisión, pero algunas responden mejor que otras. Y luego está Fisker. La compañía estadounidense se declaró en quiebra hace unos meses, pero su único modelo, el Ocean, tiene cinco campañas de revisión pendientes para solucionar fallos y posibles fallos, por lo que la marca debe responder.

Los pocos clientes que compraron este SUV eléctrico no están nada contentos con su coche, de hecho, las críticas que ha recibido el Ocean son horribles, pero la pesadilla continúa con estas llamadas a revisión porque Fisker las está gestionando fatal, incluso obligará a sus clientes a pagar la mano de obra de las reparaciones.

Los clientes de Fisker están pagando la incompetencia de la marca

Todo lo que podía salir mal, está saliendo peor. Así es como podría resumirse la segunda etapa de Fisker como fabricante de coches. Después del fracaso de Fisker Automotive, la marca renació hace ocho años como Fisker Inc, pero hace unos meses se declaró en quiebra y los pocos clientes que compraron el único coche que Fisker puso a la venta están viviendo una pesadilla.

Fisker logró llevar a producción un SUV eléctrico, el Fisker Ocean, pero las críticas que recibió este modelo fueron tan malas que ha llevado a la quiebra a la marca. Sus múltiples fallos tienen mucho que ver, si bien es cierto que Fisker sigue comprometida a solucionarlos a través de las llamadas a revisión. El problema es que la compañía no cubrirá todo el coste de las reparaciones: la mano de obra es cosa de los clientes.

Las llamadas a revisión están a la orden del día en absolutamente todos los fabricantes. Sirven para solucionar fallos que tienen los coches o para evitar que tengan lugar estos fallos y lo normal es que el fabricante asuma el coste íntegro de estas campañas, incluso si el periodo de garantía para ese coche ya se ha pasado. El cliente solo tiene que llevar su coche al servicio oficial y la marca se encarga de todo, es decir, de las piezas y de la mano de obra.

Pues bien, Fisker ha decidido hacerlo de otra manera: la marca pone las piezas que hagan falta para arreglar los fallos, pero el cliente debe asumir el coste de la mano de obra

Lógicamente, esto solo echa más leña al fuego y empaña, todavía más, la experiencia que están teniendo los clientes de Fisker con su Ocean. Lo peor de todo es que todos los Fisker Ocean están en garantía porque son coches prácticamente nuevos (solo se vendió entre 2023 y este año)


“Entendemos que esto puede ser una carga adicional y nos disculpamos sinceramente por cualquier inconveniente que esto pueda causar. Nuestra prioridad sigue siendo su seguridad y la fiabilidad de su vehículo, y estamos trabajando diligentemente para que el proceso sea lo más sencillo posible, a pesar de los desafíos actuales”, señala Fisker en la sección de preguntas frecuentes de su página web.

Según cuenta The Drive, hay cinco llamadas a revisión “voluntarias” del Fisker Ocean recogidas por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), que es el organismo que se encarga de publicar estas campañas en Estados Unidos.

Fisker asegura que hay 12.523 Ocean afectados en Norteamérica y Europa: 8.204 unidades en Estados Unidos, 513 en Canadá y 3.806 e Europa, si bien es cierto que la compañía “estima que el 2,5% de todos esos coches podrían tener estos fallos”.

Una de las llamadas a revisión es por un fallo de la frenada regenerativa, otra por un fallo de la bomba de agua, otra es porque las puertas no pueden abrirse desde el interior en caso de emergencia, la cuarta porque las luces de advertencia no funcionan bien y la quinta es por una posible pérdida total de la potencia por un fallo en la transmisión.

Cuando un coche tiene llamadas a revisión, lo suyo es que los clientes lo lleven cuanto antes al servicio oficial para solucionarlo. En este caso, el problema, además de que los clientes tengan que pagar la mano de obra, es que no está claro cómo proceder. Fisker ha enviado un comunicado a sus clientes diciéndoles que a finales de este mes publicará una lista de centros de servicio autorizados para que lleven allí sus coches, así que, de momento, tienen que esperar, siendo conscientes de los posibles fallos que puede tener su Ocean.

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