El Chevrolet Cruze es una berlina compacta de 4,6 metros de largo, que sustituye al Chevrolet Nubira. La renovación es completa, adoptando las nuevas líneas de diseño que tratan de afianzar la identidad de Chevrolet, y con un estilo dinámico.
Se trata del primer modelo global de Chevrolet, y su frontal adpota la parrilla dividida en dos partes con el logotipo más grande, que llevarán a partir de ahora los modelos nuevos como el Chevrolet Spark.
Se pone a la venta a finales de abril a un precio que parte de los 14.900 euros y va hasta los 20.550, sin incluir el descuento promocional. Cuenta con tres motores: 1.6 gasolina 113 cv, 1.8 gasolina 140 cv y 2.0 diésel, con 125 o 140 cv.
Hemos podido probarlo durante su presentación en Santander por varios tipos de carreteras y durante bastantes kilómetros. En la primera parte del análisis nos centraremos en su diseño, interior y habitabilidad.
Diseño exterior
Exteriormente, el Chevrolet Cruze marca el comienzo de la nueva línea de diseño de Chevrolet, que ya anticipaba en algunos elementos el Chevrolet Aveo 5p. La parrilla dividida en dos partes, con el logo de Chevrolet más grande situado sobre el color de la carrocería y no sobre la parrilla, es uno de los símbolos distintivos.
Mide 4,6 metros de largo, aproximadamente lo mismo que el Opel Astra Sedán. El Chevrolet Cruze tiene un aspecto deportivo, por sus formas marcadas. Chevrolet lo define como un sedán sport, no por comportamiento pero sí por aspecto. Comparado con su antecesor, el Nubira, la diferencia es clara: el Cruze tiene mucha más personalidad.
Se ha diseñado en Corea con las aportaciones del equipo de diseño de Chevrolet de varios países, como Estados Unidos, Alemania y Australia. Se fabrica en Corea, Rusia y Estados Unidos, ya que es un vehículo global para GM.
Su lateral combina superficies cóncavas alternadas con otras convexas. El arco que dibuja en su techo y la tapa de maletero corta le dan un aspecto de coupé más que de sedán clásico, especialmente comparado con el Nubira. Su coeficiente aerodinámico es de 0,31, y la única pega de este diseño es un portón del maletero (tiene 4 puertas, no 5) algo corto.
Interior del Chevrolet Cruze
El aspecto renovado y deportivo del Chevrolet Cruze se transmite también a su interior. La definición de éste es muy interesante, no estamos hablando de un coche deportivo ni de gama alta pero sí se han conseguido algunas características interesantes, por ejemplo, la simetría entre conductor y acompañante.
Según su responsable de diseño, con esta simetría buscan que el acompañanate comparta la experiencia de conducción. Con esta simetría nos referimos al diseño de la consola central, con botones a cada lado, aireadores simétricos y el display multifunción (no disponible en todas las versiones) situado en posición central.
El volante, de cuero en los acabados LS+ y LT, tiene un tacto cómodo, es pequeño y la dirección tirando a blanda. No es regulable en altura ni profundidad en el acabado básico L. Sólo incluye los mandos en el acabado LT, que permiten utilizar el control de velocidad y los mandos de la radio. Como curiosidad, para fijar el control de velocidad hay que ponerlo en modo encendido, y pulsar el botón de menos, algo que no me resultó intuitivo (estoy acostumbrado a pulsar el de más).
Mención especial para la iluminación del cuadro del Chevrolet Cruze. Esferas rojas sobre fondo azul, rodeadas por tres círculos de plástico cromado, le dan un aspecto agradable y deportivo.
En el display central, con dos tamaños posibles (y un tercero para el navegador) encontramos información sobre el sistema de audio. Los datos del ordenador de a bordo se muestran en el display del cuadro, de forma más accesible.
Los asientos son cómodos, de tacto correcto pensados para viajes medios o largos. Existen varios huecos portaobjetos, incluyendo los de las puertas, que pueden albergar botellas de hasta 1,5 litros. Interesante solución la del hueco ajustable para distintos objetos o tamaños de botella entre los dos asientos.
Entre los dos asientos delanteros del encontramos en todas las versiones (salvo la básica L) un pequeño reposabrazos en el que se pueden guardar cosas, aunque debido a su tamaño y a su posición muy atrasada no resulta muy útil para ninguna de las dos tareas. La entrada de audio auxiliar (para reproductores como el iPod) se encuentra en esta cavidad.
El tamaño de las plazas traseras del Chevrolet Cruze son la característica más atractiva de este modelo respecto a un compact. Son razonablemente cómodas, y el espacio para las piernas me sorprendió: con el asiento del conductor puesto a mi gusto, me sentaba cómodamente en la plaza trasera sin que las piernas tocasen el asiento (mido 1,83).
Sólo dos detalles discutibles en el interior: la calidad de los materiales ha mejorado mucho en Chevrolet, aun así hay algunos detalles mejorables como plásticos algo sueltos, si bien estos los encontramos en huecos que no se ven a primera vista y apenas se acceden a ellos (interior del reposabrazos, fondo del tirador superior de la puerta). El tapizado en tela de la parte derecha del salpicadero (según versiones) resulta algo extraño, no es habitual encontrar tela dura en esa parte, y me quedo con la duda del resultado que dará a largo plazo (manchas y desgaste).