"I got a sixty-nine Chevy with a three-ninety-six fuelie heads and a Hurst on the floor". A cualquier fan de Bruce Springsteen que se precie le sonará esta primera estrofa de la canción. Pues ese coche existe en realidad y estuvo en el garaje de The Boss durante seis años. Y ahora Mecum Auctions acaba de subastarlo en su última cita.
El hecho de que Springsteen esté en la ecuación, ha supuesto que se pague por él una cifra récord para tratarse de un Chevrolet Chevelle. Suele ocurrir con coches que han sido propiedad de famosos, y si no que se lo digan al modesto Polski Fiat 126p de Tom Hanks.
Aquel verano de los años 80...
Como el protagonista de 'Racing in the Street', se trata de un Chevrolet Chevelle SS de 1969 que compró el de Nueva Jersey en 1981, un capricho calcado al de su mítica canción publicada en 1978 y de idénticas especificaciones. Por ello Springsteen le tuvo pues la tenía especial cariño. Así lo demuestra la carta firmada por Springsteen, que acredita que efectivamente se trata de su Chevy y que se ha vendido con el coche, además de la matrícula original.
En manos de Springsteen estuvo hasta 1986, momento en el que se lo regaló por Navidad a Toby Scott, su ingeniero de sonido por excelencia con el que ha trabajado en 18 álbumes.
En aquellos años, el artista trabajó en títulos como 'Nebraska', el smítico 'Born in the USA' o 'Tunnel of Love'. "Prácticamente viví en él durante muchos años aquí, en la costa de Jersey. Ocupa un lugar sagrado en mi corazón", afirma en la misiva.
Como el de la canción. Cuando Springsteen lo tuvo en sus manos pintó su carrocería en negro Midnight, pero Scott le ha ido sometiendo a una cuidada restauración durante estos casi 40 años que lo ha tenido en su haber.
Por ejemplo, su impronta ha vuelto a lucir el azul Blue LeMans que tenía de fábrica, que combina con una bonita capota de lona blanca. También añadió la palanca de cambios Hurst que se describe en este tema de 'Darkness on the Edge of Town'. La restauración completa de este Chevelle SS del '69 estuvo lista en 2020 y fue cuando lo cedió al museo del Salón de la Fama del Rock and Roll donde se exhibió durante un tiempo.
Bajo el capó de este Chevelle SS encontramos un V8 big block de 396 pulgadas cúbicas (6.5 litros) que supera los 300 CV. Toda esta fuerza se transmite al eje trasero mediante una transmisión manual de cuatro velocidades.
El caso es que Scott decidió hace poco que debía pasar a nuevas manos, así que se ha subastado en el Hagerty Auctions Indianapolis de Mecum Auctions.
Más de 300.000 dólares. Se estimaba que rondaría un precio de entre 150.000 y 200.000 dólares, que ya es más o menos el doble por el que se venden unidades restauradas del Chevelle SS. Pero el mazo ha bajado por bastante más: 302.500 dólares, unos 280.663 euros al cambio actual.
Su nuevo y actual propietario podrá presumir que goza de un coche de canción. Y que durante más de un lustro condujo el que es considerado la mayor estrella del rock de todos los tiempos. "Summer's here and the time is right for racin' in the street".