El director ejecutivo de Audi, Markus Duesmann, asegura que no ve viable el desarrollo de coches de pila de combustible de hidrógeno en la actualidad: “no hay suficiente hidrógeno verde en el mundo y, si existiera, preferiría utilizarlo en la producción de acero”. La marca sigue centrada en el desarrollo de vehículos eléctricos de cara a cumplir su objetivo de que en 2026 todos sus coches nuevos llevarán esta tecnología.
Además, sobre la crisis actual de microchips, Duesmann ha señalado que “habrá turbulencias este año y el próximo” y ha asegurado que en el grupo están llevando a cabo una planificación muy meditada de en qué modelos utilizar el stock del que disponen. Más que previsiblemente primarán aquellos modelos que cuenten con unos márgenes más elevados de rentabilidad.
Un futuro inmediato totalmente eléctrico
Duesmann es presidente del Consejo de Administración de Audi desde 2020 y también es miembro del Consejo de Investigación y Desarrollo del Grupo VAG. Es ingeniero mecánico y trabajó anteriormente en Mercedes y en BMW.
En una entrevista reciente con un medio alemán, además de hablar sobre los principales desafíos a los que se enfrenta la industria automotriz, ha hecho hincapié en el ya más que conocido problema de abastecimiento de chips: cualquiera que diga que la crisis de los chips ha terminado “es probable que haya perdido la noción de las cosas”.
En Audi son conscientes de que el problema de escasez de chips no se solucionará de inmediato, entre otras cosas, porque la demanda de microprocesadores por parte de sectores ajenos al mundo de la automoción está aumentando tan rápidamente “que está superando con creces” las capacidades de producción.
Por ello, si la marca quiere alcanzar sus objetivos a futuro (y entre ellos está que en 12 años la gama de Audi estará compuesta por vehículos eléctricos puros) tienen que medir la planificación al milímetro. En este sentido, Duesmann ha declarado que planifican a nivel global, a excepción de China, ya que la legislación allí difiere de la del resto del mundo y el comportamiento de los consumidores también: “Si allí quieren motores de combustión un tiempo más, es posible que todavía los sigamos produciendo en China para China”.
El director ejecutivo también ha confirmado que no se venderán más coches de combustión ni en Sudáfrica ni en Sudamérica y seguirá haciendo hincapié en el desarrollo de vehículos eléctricos puros. Ha recalcado que “los híbridos enchufables utilizan motores de combustión interna y, por tanto, no son coches eléctricos”.
En cuanto al desarrollo de modelos de pila de combustible de hidrógeno ha sido claro: en las condiciones actuales, no existe un área de aplicación significativa para las pilas de combustible en los automóviles. Duesmann afirma que “no hay suficiente hidrógeno verde en el mundo y, si existiera, preferiría usarlo en la producción de acero”.
Además, alude a que hay muchos sectores industriales que necesitan urgentemente hidrógeno y que no tienen otra alternativa a la descarbonización. Los coches de hidrógeno necesitan una gran cantidad de electricidad verde para funcionar, que primero se convierte en hidrógeno y luego se vuelve a convertir en electricidad verde en el coche y este la convierte en energía cinética. “Para mí, como ingeniero, eso es simplemente absurdo”, sentencia.
Por último, ha aludido a la necesidad de acelerar con la implementación de una mayor -y mejor- infraestructura de recarga necesaria para el avance de los coches eléctricos y a la importancia de los avances en combustibles sintéticos y biocombustibles (en los que ya trabaja junto a Porsche) no solo para la automoción, sino para el tráfico aéreo.
Pese a todo, Audi seguirá trabajando en la investigación con hidrógeno en su centro de Neckarsulm (Alemania) para acumular experiencia con esta tecnología, “también para posibles aplicaciones estacionarias”.
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