Volvo está convencida de que una de las claves para alcanzar su objetivo de que haya cero víctimas por accidente en un Volvo moderno en el año 2020, pasa por la popularización de la conducción autónoma. Tal vez por ello, el fabricante sueco está moviendo todo su potencial para que los gobiernos de medio mundo sienten las bases legales necesarias que permitan el desarrollo e implementación de esta tecnología.
Como es lógico y evidente, uno de los mercados más interesantes en este sentido es China. Por eso, el país asiático será el lugar elegido por Volvo para poner 100 coches autónomos a circular en condiciones de tráfico real.
Volvo lleva meses hablando con las autoridades locales chinas para definir qué ciudades están dispuestas a colaborar en este experimento, que según ellos será el más avanzado que se realizará en ese país en materia de conducción autónoma.
Volvo cree que la conducción autónoma ayudará no solo a mejorar la seguridad vial, reduciendo hasta en un 90% los accidentes de tráfico (estiman que un 90% de los mismos ocurren por errores humanos), sino para mejorar los niveles de congestión y polución provocada por los coches.
El objetivo de este ambicioso proyecto, es forzar a los gobiernos locales a que desarrollen la legislación necesaria para que la conducción autónoma se pueda implementar en un período de tiempo muy breve.