Los coches nuevos son cada vez más caros, especialmente los eléctricos. Ante esta tensa situación, algunos compraventas han visto una oportunidad de negocio. Gregory Brudny es uno de ellos. Importó desde China a Alemania 22 unidades del Volkswagen ID.6, un modelo de venta exclusiva en China, para venderlas en Alemania.
Su idea no ha gustado en Volkswagen y la marca de Wolfsburgo ha logrado que un juez ordene la destrucción de esos 22 SUV eléctricos en perfecto estado de marcha.
Brudny tiene varias tiendas de compraventas en Alemania, también concesionarios oficiales, como el de Maserati en Berlín. Brudny ha comprado 22 Volkswagen ID.6 nuevos a matricular.
Ha pagado todos los derechos de aduana y estarían listos para ser matriculados. Según welt.de, en la documentación china del vehículo se indica incluso que los vehículos eléctricos están destinados a la exportación. Pero Volkswagen impide que los pueda vender.
De hecho, consiguió una orden judicial que impide a las empresas de Brudny vender esos coches. Uno de los motivos expuestos por Volkswagen es que estos vehículos, en principio, sólo se pueden vender en China.
Mientras tanto, los vehículos han sido confiscados por la justicia con el fin de destruirlos, corriendo Brudny con los gastos a la altura de 15.000 euros por coche. Y es que desguazar un eléctrico con una batería de iones de litio que hay que reciclar no es una operación barata.
Brudny, obviamente, ha recurrido la decisión. Mientras los tribunales no rindan un veredicto, el concesionario tiene "prohibido utilizar el distintivo VW en el círculo y el ID.6 comercialmente en la UE", según el Tribunal Regional de Hamburgo. Y además, tiene que pagar hasta 800 euros al mes por coche mientras estén en el depósito a la espera de una resolución definitiva.
El problema no son esos 22 de coches
Para Volkswagen, no se trata de la venta de esos 22 coches. Se trata de querer evitar a toda costa que se monte un circuito de compraventa paralelo entre China y Europa con modelos que lucen su marca. No es tanto una manera de asegurarse ventas, sino de conservar su imagen de marca.
Es evitar que coches no adaptados a Europa con quizá una experiencia de usuario diferente y problemas que la red de concesionarios no podrá solucionar destiñan sobre el resto de modelos de la marca.
Los modelos del grupo Volkswagen fabricados en China son en apariencias los mismos que en Europa, pero en realidad son muy distintos. El Volkswagen ID.6 es una versión de siete plazas del Volkswagen ID.4 que no se vende en Europa, pero es técnicamente un ID.4 chino. El problema es que el ID.4 chino sólo tiene un parecido con el europeo.
Las baterías (son de 84.8 kWh y no de 82 kWh, por ejemplo), el software y la puesta a punto son diferentes. Además, existen dos Volkswagen ID.4 en China, dependiendo de quién los fabrique.
El más cercano al modelo europeo es producido por SAIC, la matriz de MG, mientras que la versión ID.Crozz bastante diferente del ID.4 europeo es ensamblada por FAW, el socio histórico de Volkswagen en China desde la época de los Volkswagen Santana.
Además, para poder ser matriculables en Europa , deberían ser homologados, ya sea por tipo (algo imposible porque sólo Volkswagen puede hacerlo) o de forma individual, coche por coche. Y para ello sería necesario aportar algunas modificaciones.
El más evidente es el enchufe y el cargador embarcado, que no son conformes con las normas europeas. Pero también equipamientos menos evidentes, como el sistema de llamada de emergencia automática eCall, obligatorio en todos los coches de primera matriculación en Europa.
Quizá en un futuro, la típica frase de se ha bajado un coche de Alemania, la cambiemos, por un se trajo un coche de China, pero de momento, todo apunta a que no será tan sencillo.
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