Imagina que vas conduciendo un viernes de camino a casa después del trabajo, y tienes la suerte de que no hay atasco, aunque hay tráfico. De repente, uno de los coches que circula cercano a ti se descontrola y empieza una trayectoria errática: se sale de la calzada, circula por una zona anexa a gran velocidad y, aunque se llega a dar con un quitamiedos, nada le detiene.
Vuelve a la carretera de forma temeraria poniendo en peligro a todos y podría provocar un desastre. Alguien tiene que hacer algo, pero ¿el qué? La primera idea es frenarle como sea. O al menos, eso pensó el protagonista del post: un conductor que, a pesar de ponerse en peligro, consiguió que esta historia rocambolesca tenga un final feliz.
Una conductora inconsciente
En el pequeño Volkswagen Polo gris que vemos en el vídeo y que circula por una carretera cercana a Nunspeet, al este de Ámsterdam (Países Bajos), iba una mujer que estaba inconsciente y que se había desmayado al volante con el pie en el acelerador.
Ante el asombro, el desconocimiento de la situación y el peligro que suponía, son varios los coches que se apartan a un lado de la calzada.
Sin embargo, el conductor que "sacrificó su coche" para salvarla, llamado Henry Temmermans, había estado observando el coche todo el tiempo al igual que el vehículo que circula detrás y que registra todo el episodio en su dashcam o cámara de seguridad situada en el salpicadero.
No lo pensó, supo “que tenía que hacer algo”. En una entrevista al medio local RtvNunspeet, Temmermans explicó que al ver al vehículo salirse de la calzada consiguió ponerse a su altura para ver qué sucedía y observó que la conductora "no estaba consciente". Además, intuyó que "el quitamiedos no la detendría".
Casi de forma instintiva, para evitar lo que podría haber sido un desastre mayor, aceleró con la intención de ponerse delante de ella para frenarla y lo consiguió. Afortunadamente, sin sufrir daños personales graves (tampoco su coche). Tras bajarse del vehículo pudo comprobar que la conductora seguía inconsciente, e incluso había vomitado, pero tenía pulso.
Junto al conductor del vehículo que lo graba todo (y que por casualidades de la vida era un antiguo conocido de Temmermans), Henry llamó a emergencias y la conductora fue trasladada al hospital, donde entre otras lesiones, verificaron que tenía rotas cinco costillas.
Nada grave para lo que podría haberle pasado a ella o al resto de conductores. Lo primero que hizo la mujer al ser consciente de lo ocurrido fue ponerse en contacto con Temmermans para agradecerle su hazaña.
"La gente dice que está orgullosa de mí y me llaman héroe, pero yo no me veo así”, decía Temmermans. “Todos tenemos la obligación de ayudar a las personas que lo necesitan: hice lo que tenía que hacer”.
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