En Estados Unidos la pasión por los coches se sale de las métricas. Los coches clásicos y los barn finds (hallazgos de coches abandonados en viejos graneros) son toda una afición, pero los hay que llegan mucho más lejos y se zambullen en lo que podríamos denominar como river finds: pescar coches de los ríos.
Unos cuantos voluntarios se han unido para hacer un rescate. Un cúmulo de coches abandonados de los que han podido rescatar a dos (bueno, más o menos): un Mazda RX-7 y un Ford Mustang Mach 1.
Algo más que chatarra oxidada
En un mundo donde cada vez nos encontramos con coches entrados en años por los que se pagan auténticas barbaridades si su estado de conservación es casi perfecto, otros le tienen un cariño especial a la chatarra. Literalmente.
Por devenires de la vida hay coches que no acaban sus días en un desguace después de un accidente, una avería, el fin de su vida útil o, simplemente, años de abandono. Los hay que desaparecen de la circulación pero quedan ocultos, en algunos casos escondidos bajo el agua y en completo silencio.
El canal Adventures with Purpose se ha especializado en localizar, encontrar y rescatar viejos coches sumergidos y en este caso ha sido por partida doble. Recibieron el aviso de que en el río Tualatin en Portland (Oregón) había un grupo de coches: tres pick-up, seis coches sin identificar, un Mazda RX-7 y un Ford Mustang Mach 1 de 1973 (y la cornamenta de un ciervo). Alguien decidió utilizar la rampa para barcos del río para deshacerse de vehículos por algún motivo.
Los seis coches sin identificar y las pick-up se encontraban demasiado lejos como para efectuar el rescate, así que se centraron en el Mazda y el Ford. Para sacar al RX-7 (el genuino deportivo de motor rotativo) primero tuvieron que voltearlo pues estaba volcado sobre el fondo y, dentro de lo malo, se encontraba en bastante buen estado después de años de remojo. No sería posible una restauración pero, oye, no estaba tan mal como cabría esperar.
El segundo reto fue aún más complicado si cabe. El Ford Mustang Mach 1 de 1973 estaba un poco más lejos y, suponiendo que entrase al agua por el mismo punto que el resto, llevaba bastantes más años sumergido. Enganchar las bolsas de rescate fue toda una hazaña que se convirtió aún más complicada a la hora de remolcarlo, pues la integridad del metal estaba cerca de ser nula.
Finalmente consiguieron sacarlo, aunque con dolor, mucho dolor. Aparte del simple hecho de retirar chatarra del curso de un río para evitar que siga contaminando, no entendemos muy bien el propósito del rescate. Al final del vídeo es toda una lástima ver cómo, intento tras intento, desgarran al ya mastrecho Mustang tirando de él mientras está encallado contra una piedra.
A continuación os dejamos los dos vídeos completos. Son bastante largos y en ellos hay demasiado agradecimiento a los patrocinadores que han hecho posible la hazaña, así que recomendamos avanzar hasta las partes más interesantes.
En cualquier caso, ahora este Mustang tendrá un merecido descanso en cualquier chatarrería en lugar de seguir pudriéndose bajo el agua y el fango. Descansa en paz, pequeño pony.
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