La séptima generación del Mustang se mantiene fiel a su esencia y por ahora su lado más agresivo lo personifica el Ford Mustang Dark Horse, que estrena denominación como variante de alto rendimiento tomando el testigo del Bullit.
El Mustang Dark Horse hace gala de un traje más agresivo, chucherías técnicas y un poderoso V8 de 500 CV: ingredientes ideales para exprimirlo en circuito aunque sea legal para calle.
Pero basados en esta variante aún más deportiva encontramos a los Dark Horse S y Dark Horse R: dos variantes de competición que acompañan al pony car nacidos para carreras privadas.
No son los únicos. Ford estrenará otros cuatro Mustang de carreras basados en esta nueva entrega: los GT3, GT4, NASCAR y NHRA Factory X que, ya ha dejado ver en varias fotos publicadas. Y hay más porque con esta nueva entrega el Mustang vuelve a Le Mans 25 años después.
Así es el Ford Mustang Black Horse
Más de tres años ha tardado la marca del óvalo en desarrollar el Ford Mustang Black Horse, que va aderezado con el Handling Package para ofrecer estupendas y divertidas cualidades sobre el asfalto.
Empezando por lo que no se ve, esta variante dispone del motor Coyote V8 de 5.0 litros y 500 CV especialmente modificado para la ocasión.
Toda su fuerza se lleva al eje trasero gracias a un cambio manual Tremec de seis relaciones, que también ha sido ajustado para este Mustang Black Horse, o bien con un cambio automático secuencial de 10 velocidades.
Para poder llevarlo al límite se ha mejorado la refrigeración del motor, con un radiador más grande de ventiladores más generosos o un enfriador de aceite auxiliar. Pero también cuenta con refrigeración optimizada para los frenos o el eje trasero.
El chasis del Ford Mustang Black Horse se ha reforzado con unas barras estabilizadoras de mayores dimensiones y en el menú igualmente encontramos un diferencial trasero Torsen o la suspensión MagneRide, que lo hace más estable en giros a elevada velocidad y en las frenadas.
Tampoco faltan elementos aerodinámicos como el sobredimensionado alerón posterior con Gurney Flap, siguiendo la estela del Ford GT. O unos frenos Brembo con discos de 19 pulgadas y seis pistones.
Todo ello se acompaña de una estética diferencial con el exclusivo azul Blue Embe para la carrocería (aunque hay más colores disponibles), además de una parrilla en negro brillante, aperturas de refrigeración más generosas, el difusor trasero que integra cuatro salidas de escape o los emblemas Dark Horse repartidos a lo largo y ancho de su fisonomía.
Y además, este Mustang Dark Horse podrá equiparse más adelante con unas llantas Carbon Revolution de fibra de carbono (es la primera vez que el pony car ofrece esta opción), para ahorrar unos kilos al conjunto.
En el habitáculo encontramos igualmente elementos diferenciales, como un volante deportivo, de aro más grueso y plano en la zona inferior, que va recubierto de Alcantara con costuras azules en contraste.
La tapicería para los asientos deportivos también es exclusiva, con acentos azules, que se combina con varios aderezos metálicos oscurecidos o las costuras en este tonalidad presente en varios de sus paneles.
A nivel tecnológico encontramos los mismos ingredientes del Mustang, como la instrumentación digital o el display multimedia de 12,4 pulgadas y 13,2 pulgadas, aunque con interfaces específicas. Aunque además equipa el sistema de sonido B&O, con hasta 12 altavoces y un subwoofer.
Los Dark Horse S y Dark Horse R de competición y el GT3 volviendo a Le Mans
Este Ford Mustang Black Horse cuenta con dos variantes de competición como escuderas, que se convierten además en las primeras versiones de carreras de este nuevo capítulo del modelo norteamericano: los Dark Horse S y Dark Horse R.
Ambos derivan del Black Horse de calle, pero con elementos propios de competición y prescindiendo de comodidades innecesarias. Así, su interior se ha vaciado, cuenta con un único panel central para operar sobre todo los controles o de jaula antivuelco homologada por la FIA.
No faltan arneses de carreras o un volante de competición, así como un extintor o sistemas como el limitador de velocidad para entrar en boxes u otro para la visualización de datos y parámetros. De forma opcional, se puede prescindir del asiento del copiloto.
Todos estos elementos se combinan con los habituales enfocados al rendimiento, como un alerón trasero ajustable, frenos y sistema de escape de competición o amortiguadores Multimatic DSSV que permiten variar la altura y la inclinación del coche.
Los Ford Mustang Dark Horse S y Dark Horse R comparten todos estos ingredientes, siendo prácticamente iguales salvo que el segundo dispone de un depósito adicional y ruedas Ford Performance Parts. El Dark Horse S está más enfocado a carreras cliente y el Dark Horse R para equipos.
Estos dos purasangre de carreras abren la puerta a la familia de competición del Mustang, con otros cuatro integrantes, y que además supondrá el regreso del Ford Mustang a las 24 Horas de Le Mans.
Será el Ford Mustang GT3 quien volverá a esta mítica cita del Mundial de Resistencia. Aunque aún queda bastante para verlo en acción, ya que Ford espera que debute en 2024. También hará lo propio en las 24 Horas de Daytona.
Desarrollado por Ford Performance y Multimatic, de momento Ford desvela su mecánica: un V8 de 5.4 litros se basa en el bloque Coyote del Black Horse.
Antes llegará el Mustang GT4, que se estrenará el año que viene en esta categoría en el MSA, SRO y FIA GT. Y más adelante también harán acto presencia modelos para la Copa NASCAR y la NHRA Factory X.