Es poco más que un acontecimiento como los que ya no se ven. Ford desveló en Detroit la séptima generación del pony car original, el Ford Mustang.
El coupé más vendido del planeta se actualiza y es un auténtico tributo al motor de combustión interna, a todo lo que hace que nos gusten los coches y un homenaje a otras generaciones del Mustang.
Y como suele ser habitual con este tipo de coches, el nuevo Mustang está repleto de guiños y soluciones técnicas que, hablando claro, molan mucho.
Cuatrocosas que molan mucho del nuevo Ford Mustang...
Dark Horse, o el acabado para puristas
Cómo no estar contento con la presencia del V8 Coyote de 5.0 litros en el nuevo Mustang, un motor que alcanza los 500 CV. Pero más interesante aún es el acabado Dark Horse. Equipa el V8 Coyote de 5.0 litros con “más de 500 CV”, dicen en Ford.
Es probable que sólo sean unos 20 CV más con respecto al GT, pero cuenta con las bielas del Mustang GT500, una doble admisión de mariposa para una mayor entrada de aire, un nuevo radiador más ligero con ventiladores más potentes y un intercooler auxiliar de aceite del motor.
La transmisión de serie es un cambio manual Tremec de seis relaciones con su intercooler de aceite. En Estados Unidos, se podrá pedir en opción con cambio automático de 10 relaciones con levas en el volante.
El chasis, por su parte, incluye barras estabilizadoras traseras más grandes y amortiguadores adaptativos con control magnético MagneRide de serie. Equipa también un diferencial trasero autoblocante Torsen, de serie, y frenos Brembo con pinzas de seis pistones y discos de 350 mm delante. Claramente es un coche pensado para rodar a fuego en circuito sin miramientos por el coche.
Cuadro de instrumentos del Mustang Fox Body
El nuevo Ford Mustang incorpora un cuadro de instrumentos digital, como casi cualquier coche actual. Y como era de esperar, se puede configurar para que nos enseñe toda clase de información con toda clase de diseños o temas. Pero hay un tema que mola más que los otros, el Fox Body.
Uno de los Mustang antiguos que más popularidad está ganando es el conocido como Fox Body (porque usaba la plataforma Fox de Ford) y que estuvo en venta de 1979 a 1993. Es uno de los coches que mejor representa los años 80, dejando atrás los parachoques cromados y abrazando un diseño aerodinámico con parachoques integrados.
Ford optó por recrear específicamente las agujas blancas del cuadro de los últimos Fox Body, los de 1987 a 1993. Es tan realista que al encender los faros, los relojes parecen retroiluminan en verde, como en todos los Ford de los años 80.
En Ford no tuvieron tiempo suficiente para crear varios cuadros de instrumentos que rindieran homenaje a todas las generaciones del Mustang, así que eligieron los del Fox Body dada la popularidad de los coches de los ochenta y los noventa en este momento.
Freno de mano eléctrico old school
¿Freno de mano eléctrico old school? Y cómo se come eso? En apariencias es un freno de mano de toda la vida, pero no está conectado a las ruedas traseras. Es un sistema eléctrico que envía la orden de bloquear las ruedas traseras. Ford lo llama Performance Electronic Parking Brake, y por "Performance", lo que quiere decir es derrapar.
Su uso relativamente simple. Cuando estás girando y listo para comenzar a derrapar, simplemente hay que tirar del freno de mano, como se haría con cualquier coche con freno de mano manual. Esto activa la pinza de freno de mano auxiliar (no la pinza trasera principal) para comenzar a derrapar.
Se puede seguir girando y acelerando y, junto con el sistema de control de estabilidad, la pinza auxiliar trasera aumentará o disminuirá la cantidad de presión necesaria para mantener el derrape según sea necesario.
Si es necesario, se utilizarán las pinzas de freno traseras normales, más grandes, para aumentar el control de la deriva. Probablemente no sea tan eficaz como un freno de mano mecánico, o quizá sí, pero al menos está ahí y mantiene la esencia old school del Mustang.
Remote Rev, o Revoluciones Remotas
Remote Rev es un gadget que, estamos seguros, gustará a muchos de los vecinos de quien se compre el nuevo Mustang, así como a los asistentes del Cars & Coffee de turno. Básicamente, permite dar acelerones y revolucionar el motor a distancia.
Con la llave, después de arrancar el coche a distancia, se pulsa un botón y el motor sube de vueltas dando acelerones siguiendo una secuencia preestablecida por Ford. Es decir, quien tenga la llave no tiene realmente el control sobre el acelerador.
¿Y para qué sirve? Siendo racionales, para nada. Pero esto va de emociones, así que sirve para echarse unas risas, para poder escuchar como suena tú coche desde fuera o simplemente para ser un tema de conversación.
Sólo está disponible con los modelos equipados con cambio automático, independientemente del motor. Claro que con un V8 el efecto será más espectacular que con el 4 cilindros EcoBoost.
...y una que no tanto
El diseño de un coche es siempre la parte más controvertida de un nuevo modelo. Si bien es algo subjetivo, en un modelo como el Mustang las reacciones pueden ser polémicas. Si el diseño es demasiado retro, se le tildará de continuista y falto de originalidad. En cambio si supone un cambio radical, los puristas no lo considerarán un Mustang. La tarea no es fácil.
La percepción que pueda tener uno del diseño es en gran medida subjetiva (los gustos y los colores...), pero viendo esta séptima generación se me antoja, y hablo a personal ahora, un diseño poco atrevido. Se queda a medio camino de querer reinventar el Mustang y al mismo tiempo con tintes retro para no querer herir a los fans de siempre. Y vosotros, ¿qué opináis, gusta o no el nuevo Mustang?