La pequeña isla de Fehmarn, en el Mar Báltico, es uno de los destinos turísticos estivales favoritos del norte de Europa. A un tiro de piedra del continente y de Dinamarca, esta tranquila isla con una naturaleza preservada está en el corazón de la construcción de un megatúnel bajo el mar.
Cuando se ponga en marcha, en 2029, será el túnel ferroviario y de carretera submarino más largo del mundo. Unirá Alemania y Dinamarca reduciendo aún más el tiempo de viaje entre los puntos más cercanos de los dos países a ambos lados del estrecho de Fehmarn, de 45 minutos en ferry (sin contar el tiempo de espera y embarque), a 7 minutos en tren o 10 minutos en coche.
El túnel submarino más largo del mundo
Este túnel, cuya construcción marcó un hito con el primer tramo listo para ser sumergido el pasado mes de junio, es el eslabón que falta para completar una autopista transcontinental que moverá a cientos de miles de personas al año y generará miles de millones de dólares en ingresos, desde Sicilia hasta Finlandia.
El Trans-European Transport Network es un conjunto de carreteras, vías férreas y rutas marítimas que conectan todos los rincones del continente europeo. Una de las rutas más importantes es el corredor Scan-Med, un eje vertical de la red que abarca 5.000 kilómetros desde Malta, en el Mediterráneo, hasta la gélida tundra finlandesa.
Esta ruta tiene que salvar los Alpes, con viaductos y túneles, como el del Mont-Blanc, encuentra su mayor escollo al norte de Alemania, el Mar Báltico y el estrecho de Fehmarn. Y eso es un problema para Suecia.
Alemania es el segundo socio comercial de Suecia, pero los intercambios entre los dos países tienen que dar un rodeo de 150 kilómetros por Dinamarca. La línea recta no es posible entre Alemania y la isla de Zeeland, donde está la capital Copenhague, y que está conectada a Suecia por el famoso puente de Oresund. El estrecho de Fehmarn mide unos 20 km de ancho, pero la construcción de un túnel o puente ha sido todo un reto. Y el primero de ellos, convencer a Dinamarca de hacerlo.
Durante las negociaciones con Dinamarca para la construcción del puente de Oresund, se llegó a un acuerdo: los suecos ayudarían a construir el puente de Oresund si Dinamarca aceptaba estudiar la construcción de un enlace fijo vía el estrecho de Fehmarn.
La idea no era nueva, ya en los años 60 se pensó en un puente ferroviario que fue rápidamente descartado. Los trenes de Hamburgo a Copenhague siguen a día de hoy subiendo a un ferry en la isla de Fehmarn para cruzar el estrecho y llegar a la isla de Zeeland, en Dinamarca.
Inicialmente se pensó en construir otro puente suspendido, al estilo del Oresund. Por distancia es factible. China ha realizado uno de 55 km, enlace Shenzhen-Zhongshan. Sin embargo, con tramos de más de 700 metros de largo y sobre todo un fondo marino que complica la construcción de pilares esa fue descartada en favor de un túnel.
Al hablar de túnel submarino uno piensa en algo como el de La Mancha, que une Francia e Inglaterra. A diferencia del túnel bajo la Mancha el túnel de Fehmarn será mixto, con autovía y tráfico ferroviario, todo en cuatro túneles, más uno de servicio.
La otra diferencia es que el túnel no se excava. Estará formado por 89 módulos de hormigón, la mayoría de los cuales medirán 217 m de largo y 42 m de ancho, y pesarán 73.000 toneladas cada uno. Estos módulos se fabrican en tierra, se transportan a alta mar y se colocan en el lecho marino, donde se ensamblan con precisión milimétrica.
En la fabricación de estas secciones de acero y hormigón está involucrada una empresa española, DCM-Wire, que es la que proporciona el robot de soldadura para unir la estructura de acero interna de las gigantescas piezas de hormigón.
Por otra parte, un proyecto de esta envergadura siempre cuenta con detractores. Asociaciones de defensa de la naturaleza, los operadores de los ferrys y algunos residentes de la isla de Fehmarn se han manifestado en contra de las obras.
El túnel atraviesa una zona protegida con arrecifes y bancos de arena que albergan una rica fauna. Los opositores han retrasado el proyecto durante siete años impugnando la situación jurídica del proyecto y la aprobación de los planos en la parte alemana.
Fotos | Femern A/S