Aunque seas un expiloto de Fórmula 1 como Riccardo Patrese, el hecho de llevar a tu mujer de copiloto no está exento de situaciones tan sumamente cómicas e hilarantes como ésta que véis aquí arriba.
Los gritos de esta pobre mujer mitigan incluso el sonido del Honda Civic Type R con el que dan la vuelta al circuito de Jerez, pero ni siquiera eso preocupa al expiloto. Los contrastes entre su cara y la de su esposa son como la noche y el día. Él con la mirada impasible en el circuito (y una sonrisa socarrona y en cierto modo, malévola) y ella dando tumbos en su sitio y pidiéndole que freno, que eso no es un Fórmula 1.
Pero lo mejor viene al final, cuando ambos descubren que los están grabando. Se lo toman con muy buen humor, sobre todo ella, aunque pueda parecer todo lo contrario.
Vía | Autoblog.nl
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