Cuando llega el invierno, los coches con cartones o parasoles puestos encima de la luna delantera forman parte del paisaje habitual de muchos pueblos y ciudades españolas. Es la forma más sencilla y efectiva de evitar las temidas heladas en los automóviles que duermen en la calle.
Pero hay lugares mucho más fríos donde un trozo de cartón o un viejo parasol no sirven de nada y utilizar el coche se convierte en una tarea francamente complicada. Cuando se trata de la ciudad más fría del planeta todavía es peor.
Una buena manta siempre viene bien
Yakutsk es la capital de la República de Sajá, también conocida como Sajá-Yakutia. Está población está situada en Rusia, en plena Siberia y a unos 450 km del círculo polar ártico, y es conocida por ser uno de los lugares habitados más fríos del mundo.
No en vano, su temperatura media anual es de -12 °C y la media de enero se desploma a -41 °C. Sin embargo, solo en la capital viven más de 300.000 personas y, como en el resto del mundo, muchas de ellas utilizan el coche para moverse.
La diferencia es que no basta con subirse y arrancar, al menos durante los meses más fríos del año. Hay que dedicar un buen rato a preparar el vehículo antes de ponerlo en marcha y no vale con cubrir el parabrisas para evitar las heladas.
La usuaria de YouTube Kiun B ha hecho un vídeo para contar el proceso de preparación que llevan a cabo en Yakutia para arrancar el coche cuando el termómetro marca 50 grados negativos. Como indica, en este lugar se pueden alcanzar temperaturas de -70 °C y un automóvil sin protección se congela en cuestión de minutos.
El protagonista del vídeo es un clásico todoterreno soviético, el UAZ-469B. Dos personas se encargan de ponerlo a punto antes de arrancarlo y lo primero que hacen es cubrirlo con lonas para aislarlo e introducir dentro de ellas un cañón de calor para calentar el motor. Según ellos, necesitan dos horas para conseguirlo.
Cuando el motor está caliente, comprueban si el aceite vuelve a ser líquido antes de arrancar el motor. Mientras coge temperatura, toca guardar las lonas con las que estaba protegido el vehículo e hinchar los neumáticos. Llegados a este punto, es hora de mover el coche.
Pero los problemas no terminan ahí. Como se puede ver en el vídeo, durante la conducción se hace muy complicado ver algo a través del parabrisas, y no porque se empañe, sino porque directamente se congela. Es imposible limpiarlo con un trapo.
En el caso del vídeo, la situación es insostenible, por lo que el UAZ regresa al garaje para ponerle solución. La solución viene en forma de mantas para proteger la parte delantera, los bajos y la parte superior del motor. Además, sus dueños cubren la luna delantera con un cristal y el resto de ventanas con una película de plástico.
Con estas mejoras, el coche está listo para enfrentarse el gélido invierno. Es curioso porque esto lo hacen en un garaje donde hay una estufa de leña. Es inevitable pensar por qué ese coche no ha dormido ahí y estaba en la calle; está claro que dentro del garaje hubiera sido todo más fácil. Sea como sea, es interesante saber lo que hacen los yakutos que no tienen garaje y necesitan utilizar el coche.
No obstante, Kiun B asegura que no todos están dispuestos a perder tanto tiempo para utilizar el coche, por lo que, cuando llega el frío de verdad, sacan la batería y dejan el vehículo en la calle hasta la primavera, obviamente congelado.
Otra alternativa por la que optan algunos habitantes de la zona es dejar el coche arrancado durante varios días, con el consumo de combustible que eso conlleva y, por supuesto, las emisiones.
Fotos: Canal de YouTube de Kiun B