Los turismos normales, sobre todo modelos con pocas aspiraciones prestacionales, tienen el cárter bañado en aceite. Para hacerlo simple, el cárter es la parte inferior del bloque del motor, que aloja el cigüeñal. Una bomba se encarga de hacer fluir el aceite para evitar la fricción de elementos mecánicos.
Pero en los deportivos como el Porsche 911, es diferente. Cuando un coche de este tipo toma una curva a alta velocidad o acelera/frena bruscamente, dentro del motor se sufren las fuerzas G, el aceite es muy denso y pesado. Por ejemplo, tomando una curva en apoyo a derechas el aceite tiende a desplazarse a la izquierda, haciendo que la lubricación sea peor o insuficiente, y en motores potentes es vital evitar esto.
De ahí que exista el cárter seco, el aceite fluye con bombas más potentes que obligan a formar un circuito cerrado por el que pase aceite constantemente, “burlando” a la gravedad. Un sistema de lubricación así es bueno si es capaz de tolerar las fuerzas que el coche admite en circuito al máximo de sus posibilidades.
En este vídeo vemos cómo se prueba la fiabilidad de la lubricación de un Porsche 911, del modelo que acaba de salir. Mediante telemetría, se ha simulado un recorrido por el circuito de Nürburgring, sometiendo al motor a fuerzas similares a las que sufriría en circuito.
Puede parecer exagerado, pero creedme, cuando se va por circuito dándolo todo con un coche tan potente, tu cabeza quiere salirse por la ventanilla como no tengas una musculatura mínimamente trabajada. Si llevas casco, peor aún.
Saludos para X-RIDING
Fuente | Youtube
En Motorpasión | Nuevo Porsche 911 Carrera