El drifting está de moda, pero como suele pasar no todo es tener un coche deportivo de tracción trasera para dominar el arte del derrape. Este es el caso del propietario del Lamborghini Diablo que vamos a ver a continuación al que tenemos que dar la enhorabuena por hacer las cosas como hay que hacerlas.
El dueño de este superdeportivo italiano de casta no sólo ha decidido tener un coche con el que disfrutar en lugar de tenerlo encerrado en un garaje y especular con él, sino que además para aprender a hacer derrapar su Diablo ha recurrido a las condiciones controladas de un circuito durante el evento Petrolhead Spring Event, celebrado en el aeropuerto de Weeze (Baja Renania, Alemania).
Dando espectáculo y aprendiendo
Con un superdeportivo equipado con motor V12 de 5.7 litros y 492 CV no hace falta una superficie deslizante para conseguir descolocar la zaga, pero sí es la manera más rápida de conseguirlo. Precisamente al contar con tanta potencia y poco agarre le resultó más difícil de la cuenta aguantar el derrape.
Para haber mejorado la experiencia de los conductores presentes, los organizadores quizá deberían haber hecho círculos más grandes (como los del ocho del comienzo del vídeo) donde los coches pudieran tomar algo más de velocidad y, ya de paso, molestarse un poco menos, porque tres coches girando en círculos tan pequeños quizá eran demasiados.
Aun así, seguro que este afortunado conductor volvió a casa con una satisfacción doble: la de haber mejorado sus habilidades al volante y, además, la de haberlo hecho en un entorno apropiado, sin ponerse en peligro a él ni a los demás y dando espectáculo al público. ¡Bien hecho!