Lo que empezó siendo un problema sólo en Estados Unidos está adquiriendo proporciones globales. Primero se detectó que algunas alfombrillas podían atascar el acelerador, luego había otro problema independiente de los aceleradores fabricados por CTS Corporation (Indiana, EEUU).
Posteriormente se extendió a Europa, hay varios modelos potencialmente afectados. Pero no solo eso, ha salpicado al grupo PSA ya que comparten un modelo con Toyota, concretamente el Aygo. Hablamos del Citroën C1 y Peugeot 107, que también van a ser llamados a revisión como los Toyota.
En teoría los Toyota que están saliendo de las fábricas actualmente ya no cuentan con ese problema, y el suministrador de pedales está trabajando con la marca para solucionar el “marrón” lo antes posible. La NHTSA americana cifra en unas 20 las muertes achacables a problemas con aceleradores en Toyota y Lexus, y de hecho es muy responsable de que Toyota esté dando la cara.
Los modelos llamados a revisión se han dejado de vender temporalmente en EEUU, centrándose la actividad de prevención en los vehículos de los clientes ya existentes. Es un proceso que dura media hora, consiste en reforzar la parte que podría desgastarse en condiciones muy concretas y raras.
Es decir, hablamos de una incidencia mínima comparada con millones de coches, pero las quejas de los clientes han cabreado a los reguladores. La misma NHTSA dice que la solución que se ha ofrecido para evitar el problema de atascos es satisfactorio, por lo visto es relativo a la humedad, que desgasta el mecanismo de retorno.
La marca japonesa se ha apresurado a dar la cara en los medios de comunicación e incluso su canal oficial de Youtube, y han pedido disculpas a sus clientes, lo cual me parece muy positivo y poco habitual. El que habla es el presidente de Toyota Motor Sales USA, no un portavoz del montón.
El efecto negativo se ha plasmado en la bolsa, donde Toyota ha perdido valor, y por qué no decirlo, la sombra de duda que se puede apoderar de sus compradores futuros, aunque los coches ya salgan sin ese problema. Algunos rivales están aprovechando para buscar clientes descontentos y llevarlos a su casa.
Fuera de EEUU y Europa también hay problemas. Por ejemplo, en el mercado chino puede estar afectada la Ford Transit (no hay quejas según Ford), fabricada localmente, que usa los mismos aceleradores, y asímismo están afectados coches de la marca Toyota en esa zona. De Japón también vienen quejas y de tiempo atrás.
¡¡Y sorpresa!! El Toyota Prius también tiene problemas, pero esta vez no es que se atasque el acelerador, sino que falle el software que decide cuándo funciona la frenada regenerativa y cuándo la convencional. Este problema es muy raro (180 casos denunciados sobre más de un millón de unidades en EEUU y Japón) y desaparece tan rápido como aparece.
Se está investigando qué modelos Prius pueden estar afectados para llamarlos a revisión. Aunque todos los modelos sean revisados y prevenidos del problema, el culebrón no se acaba aquí ni mucho menos. De momento en EEUU va a haber mucho movimiento en los tribunales y acusando a Toyota de algo más que de elegir mal el proveedor de las piezas.
Como toyotista os reconozco que no me hace ni pizca de gracia todo esto, pero valoro la forma en la que se está afrontando el problema. Si tuviese un modelo Toyota afectado por estos problemas, no le tendría más miedo a los pedales que a la famosa gripe A, que sé que existe pero ninguna persona directa que conozca la ha padecido.
¿Qué pasa si nuestro acelerador falla?
Hace unos días escribí un artículo indicando las pautas que se han de seguir para una detención segura si el acelerador se queda atascado y perdemos el control del coche. Mi artículo busca ser “a prueba de fallos”, intentando evitar cualquier posibilidad de quedar sin frenos por enrevesada que parezca.
Mi amigo y editor de Actualidad Motor, Luis Gatón, ha comprobado cómo con tres coches diferentes en buen estado mecánico es posible frenar el coche a velocidades inferiores a 130 km/h pisando el freno y acelerador a la vez, y obviamente le creo. Las imágenes no dejan mucho lugar a la evidencia.
En teoría la potencia de los frenos es muy superior a la del motor, incluso en régimen de máxima potencia. Claro que también hay que contar con que en condiciones menos ideales se pueden complicar las cosas. Puede que los frenos no estén en un estado óptimo, o que ya presenten mucho calentamiento.
Aunque técnicamente sea posible una detención machacando el freno, sigo pensando que es mejor hacerlo liberando la transmisión, como en cualquier parada de emergencia que se precie. Y si es posible que la deceleración sea progresiva y no brusca, mejor. Igual por evitar un accidente podemos provocar otro diferente.
Gracias a todos los que habéis mandado las pistas, especialmente a Nachetetm que amplía la información
Vía | World Car Fans
Fuente | Freep (I, II, III, IV, V), Automotive News, Actualidad Motor
En Motorpasión | Caso Pedalgate