Toyota y Uber han acordado expandir su asociación para llevar al mercado una plataforma de viajes compartidos en vehículos autónomos escalable, tal y como han explicado a través de un comunicado. Para hacerlo realidad, Toyota ha invertido 500 millones de dólares en Uber, que compartirá su tecnología con la de los vehículos de la marca nipona.
Un proyecto que deberá estar listo para 2021
Uber combinará su sistema de conducción autónomo con la tecnología Guardian de Toyota, que ofrece características de seguridad automatizadas como el mantenimiento de carriles, pero no permite que un vehículo conduzca de forma completamente autónoma. La tecnología combinada se integrará en las minivans Sienna de Toyota, que se desplegarán en la red de Uber a partir de 2021 como proyecto piloto.
Toyota también utilizará su Mobility Services Platform (MSPF), su infraestructura de información central para vehículos conectados, y buscarán a un tercer socio que se haga cargo de la flota y la mantenga, aunque aún no se ha desvelado quién será.
Esta asociación profundiza en una relación ya existente y encaja a la perfección en la estrategia del CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, de desarrollar coches autónomos con el apoyo de otras compañías y no en soledad, como ya ha demostrado con sus asociaciones con Volvo y Daimler.
Así, Uber y Toyota anticipan que los vehículos autónomos producidos en serie serán propiedad de operadores de flotas autónomos de mutuo acuerdo. "El acuerdo es el primero de este tipo para Uber, y señala nuestro compromiso de llevar tecnologías de clase mundial a la red de Uber", ha dicho Khosrowshahi. "Nuestro objetivo es desplegar los vehículos autónomos más seguros del mundo en la red Uber".
Sin embargo, Uber ha sufrido un importante revés en su programa de vehículos autónomos después de que uno de sus Volvo atropellara mortalmente a una mujer en Arizona el pasado mes de marzo. Según Autonews, las pérdidas de la compañía ascendieron solo en el segundo trimestre del año a 891 millones de dólares.
Pero Uber sigue buscando nuevas fórmulas más allá de los polémicos VTC y estudia ampliar su negocio con motocicletas y bicis eléctricas para trayectos cortos en ciudad. De hecho, este mismo año ha comprado la compañía de bicicletas compartidas Jump, y ya están disponibles en ocho ciudades de Estados Unidos.