Los problemas de calidad de Tesla en la fabricación de sus coches es una realidad reconocida incluso por el propio Elon Musk. Hemos visto algunos Tesla Model S y Model X tener problemas de suspensiones, quedarse fritos por un problema en su memoria flash, o incluso a un Tesla Model Y perder el techo. Un cúmulo de imperfecciones que ahora le ha costado un tirón de orejas al fabricante californiano por parte de China, el mayor mercado de coches eléctricos.
La Administración del Estado para la regulación del mercado ha anunciado en su cuenta oficial de la red social WeChat que cinco agencias dependientes del Gobierno asiático se han reunido con altos directivos de Tesla para pedirles que "cumplan estrictamente con las leyes y regulaciones chinas, fortalezcan la gestión interna e implementen regulaciones corporativas de calidad y seguridad".
El motivo de ello es que las diferentes áreas del Gobierno Chino han recibido quejas por parte de los consumidores denunciando "aceleraciones inusuales", además problemas relacionados con incendios de las baterías y fallos en las actualizaciones de software por aire (OTA, por sus siglas en inglés).
Tesla, por su parte, reconoció sus "deficiencias en el proceso comercial" y acordó mejorar la calidad y seguridad de sus vehículos, dijo el regulador en la publicación.
Tesla sigue apagando fuegos
Este 'toque' de China se suma al cúmulo de quejas sobre otros defectos relacionados con los acabados, como paneles de la carrocería mal alineados o imperfecciones en la pintura, o incluso de su sistema Smart Summon, criticado por Consumer Reports e investigado por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de EEUU.
Los defectos relativos a los acabados, según explicó Musk recientemente, se deben al rápido crecimiento de producción por el que ha apostado la marca y que en ocasiones se ha traducido, por ejemplo, en tener menos tiempo del necesario para dejar secar la pintura de los coches, dando como resultado imperfecciones visibles en la carrocería.
En cuanto a los problemas de incendio de las baterías, es un defecto bastante generalizado en los fabricantes de coches eléctricos. Sin ir más lejos, recientemente el Hyundai Kona tuvo fue llamado a revisión en España, y Europa alertó de un riesgo similar en el Ford Kuga, por citar algunos ejemplos.
El fallo que está dando más dolores de cabeza a Tesla recientemente es el de las pantallas táctiles de los Tesla Model S y X, por lo que el fabricante se vio obligado a llamar a revisión la semana pasada a 135.000 unidades en EEUU.
Tesla, no obstante, afirmó hace un mes que sus pantallas no deberían durar más de cinco o seis años. Un periodo de tiempo realmente corto teniendo en cuenta que estamos ante sus dos modelos más caros, cuyos precios se sitúan por encima de los 80.000 euros.
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