"Al principio todo el mundo se burló", pero luego Tesla convenció a gigantes como Ford y General Motors de usar sus cables de carga, y no porque fueran mejores

Desde que Tesla decidió abrir su red de Supercargadores al resto de marcas, cada vez han sido más fabricantes los que han adoptado su tecnología mientras de preparan para desarrollar su propia infraestructura. Pero a finales de 2022, cuando ofreció su conector, pocas marcas se interesaron.

"Cuando Tesla anunció el Estándar de Carga de Norteamérica casi todo el mundo en la industria se burló y dijo '¿Quiénes son ellos para decir que esto es un estándar?'", explica Matt Teske, director ejecutivo de la plataforma de electromovilidad Chargeway. Ahora es el más común en Norteamérica.

La adopción de Ford creó un efecto dominó

Desde 2012 y durante 10 años, solo los coches de Tesla podían utilizar la red de Supercargadores de la marca, pero la firma de Elon Musk los abrió al resto de fabricantes en 2022. Al principio había reticencias de sus grandes competidores, que fueron precisamente los primeros en cambiar el conector del Sistema de Carga Combinado (o CCS) que el resto de eléctricos habían estado usando en los últimos 10 años. El motivo que convenció a los fabricantes era la red de carga mucho más extensa y fiable de Supercargadores de Tesla.

"El diseño de Tesla era objetivamente superior, pero las marcas que no eran Tesla ya estaban casadas con el Sistema de Carga Combinado" detalla Teske en declaraciones a Autonews Europe. Ford y General Motors fueron pioneros en adoptar el estándar de carga de Tesla en Norteamérica, denominado North American Charging Standard (NACS). Le siguieron Rivian, Stellantis o Hyundai en un efecto dominó.

Pero además de la cantidad de Supercargadores que había, Tesla jugaba con otra ventaja: sus cargadores eran más fáciles de utilizar -son más pequeños- y además la experiencia de carga era más sencilla que con los CCS: "El motivo del cambio a NACS no fue el conector", detalla Loren McDonald, director ejecutivo de la consultora EVAdoption, "sino la mejora de la experiencia de carga en toda la red de Supercharger".

Este movimiento respondía a una estrategia: ganar tiempo hasta que los fabricantes estuvieran preparados para desarrollar su propia infraestructura. Ahora BMW, General Motors, Honda, Hyundai, Kia, Mercedes-Benz y Stellantis se han unido en una empresa conjunta para instalar al menos "30.000 cargadores de vehículos eléctricos de alta velocidad para 2030", con los primeros funcionando este verano.

Los pronósticos son bastante optimistas a pesar de la desaceleración, pues se espera que las ventas de vehículos eléctricos en EEUU superen el 50% de las ventas totales para 2030. De momento la Agencia Internacional de la Energía estima que las ventas de vehículos totalmente eléctricos se podrían disparar hasta los 2,5 millones en 2025, frente a los 1,1 millones del año pasado, muy lejos de ese 50 %.

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