Investigadores de la Universidad de Rice han diseñado y fabricado el primer coche molecular, que además es capaz de desplazarse. Es el verdadero nanocoche. Sus dimensiones: 4×3 nanómetros. Si tuviésemos una caja de un milímetro cuadrado cabrían unos cuantos millones de estos cacharros, así que la cosa es bastante pequeña. El coche (por llamarlo de alguna manera) dispone de cuatro ejes móviles independientes, con suspensión y grandes ruedas formadas por
Sólo le falta el motor, que será basado en fotones, y ya podrá desempeñar la función para la que fue concebido: actuar como transporte en superficies en la escala nano. Este transporte mejoraría las condiciones de fabricación a nanoescala, por ejemplo un chip en un sustrato de silicio. El nano-convoy llevaría los materiales hasta el punto correcto y los depositaría limpiamente, lo que permitiría una construcción más precisa y con muchos menos defectos. Esto redundaría en otros beneficios como mayor fiabilidad de los componentes y, quizás, menos consumo.