Los avances en la conducción autónoma son obra de ingenieros que el público desconoce, como Ernst Dickmanns, cuyos esfuerzos en la creación de vehículos autónomos se remonta a mediados de los años 80. Y sí, entonces ya creó un vehículo 100 % autónomo usando como base una furgoneta Mercedes-Benz.
Casi todos los fabricantes de automóviles nos prometen coches de conducción autónoma para un futuro cercano. Los más optimistas hablan de 2020 en referencia a coches con un nivel 4, sobre una escala de 5, de autonomía. Mientras que los más avanzados en este aspecto son actualmente los Tesla Model S y Model X, el nuevo Audi A8 y el sistema de Cadillac, el Super Cruise, que equipan algunos de sus modelos más recientes, como el CTS.
Y aunque pueda parecer reciente, ingenieros llevan desde hace décadas trabajando en la inteligencia artificial y los vehículos autónomos. Ernst Dickmanns es uno de ellos. Y aunque siempre es complicado averiguar quién ha sido el primero en determinados campos, pero el trabajo de Dickmanns resulta muy relevante y supuso una contribución enorme a la conducción autónoma, tal y como lo explican en este excelente y altamente recomendable artículo de Politico que le está dedicado.
En 1994, él y otros ingenieros viajaron por Francia a bordo de dos Mercedes 500 SEL autónomos. Mucho antes que Google, Tesla o Uber, Dickmanns y su equipo ya tenían un coche capaz de moverse, cambiar de carril o frenar en el tráfico de una autopista.
De los cohetes a los Mercedes-Benz
Dickmanns es un ingeniero especializado en aeroespacial. Sus primeros trabajos de investigación para el ejército federal alemán eran relativos a las trayectorias de los cohetes cuando vuelven a entrar en al atmósfera. Pero pronto se propuso enseñar a los vehículos a ver. A los pocos años compró una furgoneta Mercedes-Benz que llenó de cámaras, sensores y ordenadores.
En 1986, esa furgoneta ya se movía sola en unas pruebas realizadas en el recinto de la universidad de Munich. Fue la primera vez que un coche autónomo funcionaba. Y no se quedó ahí. En 1987, probó esa furgoneta en un tramo de Autobahn unos días antes de su inauguración y que se abriera al tráfico. Alcanzó los 90 km/h sin incidentes.
Esa demostración llamó la atención del grupo Daimler. Con la ayuda de un programa de inversión europeo y Daimler, Dickmanns creó los primeros coches autónomos. En 1994, esas dos berlinas Mercedes 500 SEL demostraron a las autoridades que la conducción autónoma era posible. Obviamente, todavía quedaba -y queda- mucho camino por recorrer, pero Dickmanns y su equipo dieron el primer paso de gigante en esa dirección.