Si los vehículos eléctricos parecen aún una quimera para el gran público por lo relativamente complicado de hacer una vida normal con ellos, más aún ocurre en el caso de los coches propulsados mediante hidrógeno. La ausencia de infraestructuras donde este tipo de vehículos puedan repostar es aún más escasa que la de puntos de recarga eléctricos, con el agravante añadido de que no los podemos recargar en nuestra propia casa, a diferencia de los eléctricos.
En Japón, como el país más implicado en el desarrollo de esta tecnología, están dispuestos a terminar de una vez por todas con este handicap. Para conseguirlo Toyota, Nissan y Honda como las piezas más importantes de un total de 11 compañías han establecido un acuerdo para colaborar incrementando el número de hidrogeneras disponibles.
Más puntos de repostaje, más coches de hidrógeno, precios más baratos
Junto a otras grandes empresas de la industria como Tokio Gas, Toho Has y el Banco de Desarrollo de Japón, las grandes automovilísticas han firmado un memorándum que establece una hoja de ruta para la construcción de puntos de repostaje de hidrógeno. Actualmente existen 90 hidrogeneras en territorio japonés, que pretenden aumentar hasta 160 en 2020 con la adopción de un acuerdo que va aún más allá del Consejo del Hidrógeno del que te hablamos hace unos meses.
Durante 2016 Honda vendió 245 Clarity en Japón, mientras que Toyota logró colocar 1.034 de sus Mirai. Estas modestas cifras de ventas deberán ser superadas rápidamente hasta llegar al objetivo de 40.000 antes de que acabe esta década.
Si bien los vehículos propulsados por hidrógeno terminan de un plumazo con el problema de los tiempos de recarga de los eléctricos reduciéndolos a unos 5 minutos por repostaje, la gran barrera para la difusión de los coches de agua es su precisamente la ausencia de insfraestructuras contra la que en Japón quieren luchar.
Sin ir más lejos, en España no se comercializa el Toyota Mirai (aunque sí lo hemos probado) porque sólo existen cinco puntos de repostaje en todo el territorio y, además, desactualizados según la propia marca.
Aparte nos encontramos con el asunto del precio. 66.000 euros más tasas en el mercado alemán para el Mirai son un coste elevadísimo para una berlina compacta. La proliferación de estaciones de servicio para coches de hidrógeno es fundamental para la presencia de estos vehículos, así como a medio plazo la reducción de sus precios a medida que se amortiza la tecnología.
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