En el desarrollo del coche autónomo, un pilar fundamental será su capacidad para interactuar con otros vehículos y con otros usuarios de la vía como los peatones. Y en este área ya han comenzado a trabajar varias marcas embarcadas en esta tecnología, como es el caso de Ford, aunque no es la única: por ejemplo, Jaguar ha desarrollado un prototipo con ojos para dar confianza en los peatones y hay quien ya trabaja en la comprensión máquina-humano.
En su caso, la marca del óvalo ha realizado un experimento basado en la comunicación visual mediante señales lumínicas para relacionarse con los viandantes, en una muy línea similar a la solución que Mercedes-Benz presentaba recientemente con su vehículo autónomo 'cooperativo'.
Evidentemente, la comunicación gestual desaparece junto al conductor en el coche autónomo, por lo que los fabricantes están buscando la manera de interactuar con el resto de usuarios en este tipo de vehículos. Y parece que la opción haciendo uso de luces es la preferida, al menos en lo que respecta a fabricantes como Ford o Mercedes.
El objetivo de la marca del óvalo es el de crear un estándar que comunique las maniobras de conducción en los automóviles autónomos, para lo que está trabajando junto a varias entidades como es el caso de la Organización Internacional para la Estandarización o la Sociedad de Ingenieros de Automoción.
Para ello, la marca, junto a la Universidad Tecnológica de Chemnitz, ha realizado una serie de pruebas en esta ciudad alemana, con un vehículo que simula ser autónomo, a fin de comprobar la reacción de los peatones ante diferentes señales lumínicas y la efectividad de las mismas. Estos test realizados recientemente vienen a completar a los ya efectuados en 2017 en EE.UU, en colaboración con el Instituto Técnológico de Transporte de Virginia.
Una barra de luces y un 'asiento conductor'
Para este experimento, Ford creó lo que bautizan como el 'asiento de conducción humano', que básicamente es un disfraz en forma de asiento que simula una Ford Transit Connect sin conductor. Además, en este supuesto coche autónomo, añadieron una barra luminosa en el techo del vehículo, cuyo cometido era el de emitir señales lumínicas para comunicarse con los transeúntes.
Varios conductores fueron instruidos para ponerse a los mandos de la falsamente autónoma Transit parapetados tras este disfraz, que a su vez eran los encargados de accionar un mando que activaba las diferentes señales. Así, la furgoneta se echó a la calle para comprobar la eficacia de este método: la barra lanzaba destellos en diferentes colores (blanco, púrpura y turquesa), para indicar que el vehículo estaba circulando, a punto de ponerse en marcha o para ceder el paso.
En el vídeo, vemos como, por ejemplo, el fingido vehículo autónomo se para ante un paso de peatones e indica a unos viandantes que pueden pasar mediante luces intermitentes de color turquesa, al igual que lo haría un conductor con un gesto con la mano.
"Fundamentalmente, la gente necesita confiar en los vehículos autónomos y el desarrollo de un medio de comunicación visual universal es una clave para ello. Convertir a alguien en un 'Asiento de Coche Humano' fue una de esas ideas. Nos paramos a pensar y vimos que esta era la manera más efectiva de averiguar lo que necesitábamos saber", expone Thorsten Warwel, gerente de Iluminación Principal de Ford Europa.
Turquesa, el color favorito
El estudio, tras esta fase de pruebas, ha servido para sacar diferente conclusiones. Tras observar la reacción de unas 1.600 personas, el turquesa resultó el color preferido para este tipo de comunicación, por ser más visible que el blanco y menos confundible con el rojo como ocurre en el púrpura.
Hay que señalar que esta tonalidad también fue la escogida por los participantes del estudio realizado por Mercedes-Benz, también basado en la comunicación mediante señales lumínicas a 360º con las que equipó a su Clase S autónomo.
Según Ford, tras estas pruebas, obtuvieron un nivel de aceptación bastante alto y se registró un notable nivel de confianza en este tipo de señales, por lo que el fabricante considera que bien podrían servir como base para perfeccionar este lenguaje visual con el objetivo de instaurar este perseguido estándar de comunicación.
Por otro lado, Ford ha realizado otras pruebas independientes junto HELLA, empresa especializada en iluminación y electrónica de automoción, en las que probaron diferentes ubicaciones para dichas luces, como la parrilla o lo faros, además del techo. En el caso de los test realizados en Virgina, se dispusieron sobre el parabrisas. No obstante, no se ha concluido aún una ubicación preferente.
"El contacto visual es importante, pero nuestro estudio demostró que, en primer lugar, los usuarios de la carretera miran para ver lo que hace un vehículo. El siguiente paso es ver cómo podemos asegurarnos de que las señales luminosas sean más claras e intuitivas para todos", comenta Matthias Beggiato, doctor del departamento de psicología de la Universidad de Chemnitz.