Sobre ferrocarril de alta velocidad algo sabemos en España, donde el AVE lleva funcionando ya más de un cuarto de siglo, pero históricamente la referencia ha sido siempre Japón y sus trenes bala o Shinkansen, si bien desde hace unos años China ha impulsado de manera importante los trenes de alta velocidad.
A día de hoy el servicio regular de ferrocarril más rápido del mundo está en el gigante asiático, en la ciudad de Shanghái, y alcanza una velocidad máxima de 431 km/h. Fue inaugurado a principios de los años 2000, se llama Shanghai Maglev (Transrapid) y su principal particularidad es que funciona mediante levitación magnética (de ahí el nombre, que hace alusión a magnetic levitation).
Este servicio mediante tren Maglev cubre un trayecto de 30 kilómetros entre el Aeropuerto Internacional de Pudong y la estación de metro (e intercambiador) Longyang Road de Shanghái, y lo hace en apenas 7 minutos y medio. El trayecto también se puede realizar en metro, pero en este caso se tarda alrededor de siete veces más: unos 50 minutos.
Un nuevo tren que promete hasta 600 km/h
Hace unos meses la compañía estatal China Railway Rolling Stock Corporation (CRRSC) presentó un nuevo modelo de tren Maglev que promete una velocidad máxima de 600 km/h. En principio la fase de pruebas de este tren, que ya ha arrancado, se prolongará durante todo 2020 y prevé entrar a producción ya en 2021. Si todo sale a pedir de boca, claro.
Según los responsables del proyecto, este tren "transformará por completo el panorama turístico en China", ya que permitirá por ejemplo recorrer la ruta Pekín-Shanghái en 3,5 horas, frente a las 5,5 horas que tarda un tren de alta velocidad convencional o las más de 12 horas que lleva salvar la distancia entre ambas ciudades (unos 1.200 kilómetros) por carretera.
Aun así, el récord absoluto de velocidad para este tipo de trenes lo tiene Japón, ya que la empresa Central Japan Railway consiguió en 2015 durante unas pruebas una velocidad máxima de 603 km/h con uno de estos trenes de levitación magnética, el Maglev L0 Series.
La aplicación real de este tren japonés en la línea Chuo Shinkansen, conectará en su primera fase las ciudades niponas de Tokio y Nagoya en un tiempo de unos 40 minutos, y está actualmente en construcción. No estará lista hasta el año 2027, y posteriormente llegará también a la ciudad de Osaka. Para el servicio regular anuncia una velocidad máxima más comedida, de 505 km/h.
Pero, ¿qué es un tren de levitación magnética?
A diferencia de los trenes convencionales, que utilizan ruedas para circular sobre raíles, los trenes de levitación magnética no mantienen contacto con las vías, ya que tanto el tren como las propias vías están equipadas con potentes electroimanes que generan repulsión entre sí y mantienen el tren flotando o levitando (de ahí el nombre).
Esta tecnología está basada en el principio de atracción y repulsión que se crea entre dos campos magnéticos. Si has intentado juntar alguna vez dos imanes por el mismo polo, habrás comprobado que se repelen. Pues es precisamente este principio el que permite que estos trenes leviten unos centímetros sobre las vías, pero al mismo tiempo sean atraídos por otros imanes para no salir despedidos.
Además, estos trenes de levitación magnética de China y Japón (aunque ha habido diversas aplicaciones en todo el mundo, son los únicos que realmente dan un servicio regular de alta velocidad) están especialmente diseñados para aumentar su estabilidad a medida que la velocidad aumenta, gracias al trabajo aerodinámico y de dinámica de fluidos.
Ahora bien, este tipo de ferrocarril necesita una infraestructura específica (no sirven las vías convencionales, como es lógico) y resulta muy caro. ¿Sus ventajas? Además de la velocidad, se trata de un tipo de tren que, al no estar en contacto con las vías, es más suave y silencioso.
Al no existir contacto físico entre el tren y los raíles, y por tanto fricción, la resistencia con la que se encuentra un tren Maglev es la del aire. En teoría, uno de estos trenes podría alcanzar una velocidad de 6.440 km/h, pero únicamente en un tubo de vacío, precisamente sin la citada resistencia del aire.
En esencia, el llamado Hyperloop por el que compiten Virgin y Elon Musk funciona mediante este principio de levitación magnética, pero la principal ventaja es que lo hace precisamente dentro de un tubo de vacío (ver vídeo), lo que al eliminar la resistencia del aire permite unas velocidades altísimas.