Aunque tu vida profesional orbite en el universo de la delincuencia y seas un ladrón profesional, hay algunas nociones de seguridad que no debes olvidar nunca. Más allá de que te pillen in fraganti mientras cometes una de tus tropelías, deberías respetar unos mínimos, porque el hurto sigue siendo una profesión al fin y al cabo y como tal deben tenerse en cuenta los riesgos laborales.
Bien, pues todo esto se le debió olvidar (o no) a Richard E. Ritch, un hombre de 43 años que fue encontrado muerto por los empleados de un concesionario de Ohio al mover uno de los coches a la venta. Richard estaba intentando robar las ruedas de un GMC Yukon cuando el gato que había empleado para elevar el vehículo se partió, provocando la muerte del desafortunado delincuente.
Los empleados ni siquiera se dieron cuenta nada más abrir el establecimiento a las 9:00 de la mañana, porque el Yukon estaba parcialmente tapado tras una fila de vehículos. Así que estuvieron trabajando como si nada hasta que descubrieron el cuerpo y llamaron de inmediato a la policía, quien emprendió una investigación para esclarecer lo sucedido.
Desconozco cómo son los procedimientos policiales en estos casos, pero mientras las autoridades hacían sus labores de investigación el concesionario siguió abierto. Quizá como son así en EE.UU. aprovecharon aquello de que el morbo siempre vende.
Por su parte, el GMC Yukon fue inspeccionado a fondo para ver si sufrió daños. Desconocemos si también fue interrogado por la policía o si se enfrentará a algún cargo de homicidio involuntario.
Recordemos que el Yukon es un enorme SUV de los que tanto gustan en América que pesa en vacío entre 2.479 y 2.623 kg. Con semejante lastre está claro que el malogrado Richard debería haber escogido un gato que pudiera levantar el coche con garantías.