La vida de Shannon Ralston, empresaria, filántropa, conservacionista de animales y madre de 12 hijos, puede describirse como todo menos tranquila. Desde su hogar en Texas (EEUU) combina la gestión de Angel Staffing, una de las principales firmas de proveedores de personal sanitario del país, con una ocupada vida familiar.
Pero incluso una mujer con tantas habilidades necesita ‘un chute de energía’ ocasional, y aquí es donde comienza su peculiar historia con su Bugatti y el derrame de una bebida energética en el interior de su exclusivo Chiron: un superdeportivo personalizado y valorado en unos tres millones de euros, con el que se mueve casi a diario para ir al trabajo.
Un posavasos para su Bugatti Chiron: el “deseo navideño” de Shannon Ralston
El Bugatti Chiron es una obra maestra de la ingeniería con unas prestaciones brutales: es capaz de alcanzar velocidades de hasta 380 km/h, acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2,4 segundos y alcanzar los 200 km/h en 6,5 segundos. Pero carece de algo tan mundano como un portavasos. Esta ausencia, irrelevante para muchos, se convirtió en un problema real cuando Ralston derramó una bebida entera en el hueco de la puerta del conductor del coche.
Al compartir su pegajosa experiencia en redes sociales, Shannon no solo admitió “su error”, sino que hizo un llamado a Bugatti y al equipo de diseño del Chiron, liderado por Frank Heyl, para encontrar una solución:
“Sí, sé que no debería beber nada mientras conduzco el coche más rápido del mundo, pero necesito un soporte para una botella de agua. Vivo en Texas, ¡hace calor!”. Incluso lo calificó como su “deseo navideño”, apelando a la buena voluntad de los responsables de Bugatti.
Heyl respondió con rapidez y creatividad. En menos de una semana, el equipo de desarrollo diseñó un portavasos especialmente para el Chiron de Shannon, que describió así: “Justo a tiempo para Navidad, el diseño está listo. Si lo apruebas, podríamos crear un prototipo en 3D para probarlo en tu coche en enero”.
La solución consistió en un simple clip con dos ranuras que se inserta en el hueco porta objetos de la puerta del conductor, exactamente donde ocurrió el derrame. Este accesorio personalizado puede alojar botellas de agua y latas delgadas como las de las bebidas energéticas. Además, lleva grabado el nombre de Shannon en color rosa intenso, a juego con los detalles del interior de su Chiron.
Ralston no pudo estar más agradecida por la atención y rapidez de Bugatti. Este gesto demuestra que incluso una marca dedicada a la perfección del rendimiento automovilístico está dispuesta a escuchar a sus clientes y adaptarse a sus necesidades, por muy peculiares que sean.
"Cuando un propietario de varios Bugatti como @sweet4shannon espera un regalo especial de Navidad bajo su árbol este año, nos complace cumplir", pueblicaba Heyl. Ahora, gracias a esta innovación, los propietarios del Chiron podrían disfrutar de una bebida sin preocuparse por accidentes: seguro que más de uno reclama el suyo.
La historia de Shannon y su portavasos personalizado es un ejemplo perfecto de cómo incluso los pequeños gestos pueden marcar una gran diferencia. En estas fechas tan especiales, Bugatti demostró tener empatía, una atención al cliente excelente y rapidez para cumplir un deseo navideño.
Los milagros navideños no siempre son grandes hazañas imposibles: también pueden ser soluciones sencillas y llenas de significado que alegren la vida de alguien.